La tristeza, las lágrimas y el llanto por la muerte de alguien es algo
común para todos en esta tierra —incluso a Jesús. Verle llorar nos
enseña que está bien si las lágrimas "simplemente se saltan". Y
nos recuerda que la razón por las que las lágrimas de dolor quedarían
extinguidas en la eternidad es que "ya no habrá muerte, ni habrá más
duelo, ni clamor, ni dolor" (Ap 21.4)..................
Dice una alabanza que en verdad, me agrada cantar,
""Cuan gloriosa serà la mañana,
cuando venga Jesùs el Salvador,
las naciones unidas como hermanas
bien venida daremos al Señor,
Coro: No habrà necesidad de la luz , el resplandor,
ni el sol darà su luz, ni tampoco su calor,
allì llanto no habrà, ni tristeza, ni dolor
porque entonces Jesùs el Rey del cielo,
para siempre serà consolador.""