En su primera carta a la iglesia en Corinto, Pablo dice que la libertad en Cristo es una responsabilidad seria. Sí, podemos comer lo que queramos, usar nuestro tiempo como deseemos, e ir tras actividades que disfrutemos. Sin embargo, como creyentes, estamos unidos inseparablemente a la iglesia de Cristo. Esto significa que cuando muramos, resucitaremos para vivir con él para siempre. De manera que, mientras vivamos en esta tierra, nuestros cuerpos y nuestras almas permanecen unidos a Cristo (1 Co 6.14, 15). En pocas palabras, no nos pertenecen.
Como dueños temporales de estos cuerpos, tenemos la responsabilidad de saber qué es y qué no es bueno para ellos. Debemos ejercer disciplina con las libertades que Dios nos ha dado, porque de nada sirve una "libertad" que haga inútiles a los creyentes, o que cause vergüenza y dolor.
Notemos la diferencia que hace Pablo entre la libertad en Cristo y la libertad irreflexiva: la gracia y el perdón de Dios cubren nuestros pecados, pero eso no nos da permiso para tener una conducta perjudicial. Como seguidores del Señor Jesús, debemos dedicarnos a buscar tener una vida santa, no los placeres egoístas. Los cristianos son "vasos de barro" creados por Dios para cumplir su propósito, y para darle honra y gloria a él (2 Co 4.7). Por tanto, todo lo que viole al cuerpo humano no nos es lícito.
La verdadera libertad significa vivir sin las cadenas del pecado y del comportamiento destructivo. Jesucristo pagó un precio para liberarle de esas cadenas. Por consiguiente, no esclavice su cuerpo a hábitos que causan daño. Glorifique a Dios con todo su ser: corazón, mente, alma y cuerpo.
Dr. Charles F. Stanley
Padre celestial, te pido perdón porque no he cuidado mi cuerpo como debería de hacerlo, hoy decido tener más cuidado de él, pues mi anhelo es glorificarte y ser un vaso de honra, donde Tú seas exaltado, pon en mi el querer como el hacer, te lo pido en el nombre de Cristo Jesús, Amén
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas