Palabras de aliento
Léase Romanos 12.1-13
Por lo cual, animaos unos a otros y edificaos unos a otros, así como lo estáis haciendo.
-1ª a los Tesalonicenses 5.11 (RVR)
EN una tarde calurosa, estaba esperando mientras arreglaban mi auto. Estaba abrumada. Me había mudado recientemente para ocupar mi primera posición como maestra en una escuela en el centro de la ciudad. El nuevo trabajo era desafiante y me preguntaba si la mudanza había sido sabia o no. Decidí evaluar algunos exámenes de matemáticas mientras esperaba.
Unos momentos más tarde, escuché una voz diciendo: «Usted debe ser una maestra de escuela». Alcé mis ojos y vi la sonrisa amigable de un anciano. Me dijo lo mucho que apreciaba el trabajo arduo que los maestros hacen. Después dijo: «Quiero comprarle un refresco mientras espera por su auto».
Mientras me tomaba la bebida fría, sentí un cambio en mi actitud. Las palabras tiernas y de apoyo de un extraño me animaron. Sé que Dios lo utilizó para ayudarme cuando necesitaba que mi espíritu fuera reanimado.
Cada día tenemos oportunidades de expresar palabras de aliento. Pido a Dios no estar muy ocupada o distraída para dar aliento cuando vea una oportunidad de hacer algo que cambie positivamente el día de otra persona.
Sa. Stephanie J. Hoard (Indiana, EUA)
Oración:
Gracias, Dios, por tu amor maravilloso, y por enviar a otras personas a animarnos cuando lo necesitamos. Amén.