El don de una vida nueva Léase Juan 11.28-45 Cuando María llegó adonde estaba Jesús...le dijo: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. -Juan 11.32 (NVI) SI Dios hubiera obrado, no hubiéramos tenido que pasar por algunos de nuestros problemas. Eso pensamos. Es tentador culpar a Dios por nuestras dificultades debido a que actúa a su tiempo. Cuando Jesús lloró por la muerte de Lázaro, alguien dijo: «Éste, que le abrió los ojos al ciego, ¿no podría haber impedido que Lázaro muriera?» ¿Podrá Dios prevenir los problemas en nuestras vidas? Si nos ama, ¿por qué sufrimos? Debido a la multitud que estaba alrededor, se nos dice que Jesús oró y después clamó a gran voz: «¡Lázaro, sal fuera!». Lázaro salió con sus manos y sus pies envueltos en vendajes. Dios obra constantemente en nuestras vidas, aunque nuestra insensibilidad nos impida verlo. El quitar los vendajes de nuestros ojos exige prestar atención, buscando la presencia y la acción de Dios, aun cuando parezca que nada ocurre. Podemos pedir y esperar que Dios obre en formas espectaculares, pero la madurez espiritual ve a Dios obrando en lo ordinario y en lo cotidiano de nuestra vida. Cuando podemos ver eso, podemos experimentar la nueva vida que Cristo ofrece. Sr. William O. Paulsell (Kentucky, EUA) Oración: Oh Dios, permite que ayudemos a liberar a otras personas para que puedan ver la nueva vida que ofreces. Amén.
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