El Señor quiere darnos abundancia de bendiciones. Veamos lo que se requiere para que podamos recibirlas.
El pasaje de hoy aclara la única condición necesaria para recibir lo mejor de él: la entrega total. Cada aspecto de nuestro ser —cuerpo, alma y espíritu— debe ser un sacrificio vivo. Esto puede sonar sombrío, pero contrariamente a la lógica humana, la verdadera libertad solo se encuentra cuando nos rendimos totalmente a Cristo.
En el Antiguo Testamento, los sacrificios eran muy comunes. Para expiar el pecado, la persona podía traer un cordero al altar. El animal era apartado para los propósitos de Dios como una ofrenda sagrada, y por medio de su muerte se hacía restitución.
Cuando nosotros nos damos como un sacrificio, no hay necesidad, afortunadamente, de derramar nuestra sangre. Jesús murió para expiar todos nuestros pecados. Pero por amor y gratitud, cada aspecto de nuestras vidas debe ser rendido a él.
¿Qué implica una vida rendida? Un compromiso total con Cristo que no cambia en nada por la influencia del mundo. Nuestros deseos y las viejas maneras de funcionar no son ya las fuerzas motivadoras. En vez de eso, su Espíritu nos guía, y su voluntad es la meta. Rendirse a él significa seguir su dirección en actitud, palabras, pensamientos y acciones —y hacerlo sin disculparnos, sin vacilaciones y sin temor.
Usted tiene una opción: conformarse con algo inferior a lo que Dios puede darle, o rendirse totalmente a él. La entrega total no es un camino fácil; significa morir a sus deseos y al interés personal. Pero recuerde que él está dispuesto y es capaz de hacer más de lo que nosotros somos capaces de imaginar.
Dr. Charles F, Stanley
Amado Padre celestial, en el nombre de Tu Hijo Jesucrito recoozco que sin ti no soy nada y nada puedo hacer, yo me rindo a Ti, yo me entrego totalmente a Ti, y anhelo depender totalmente de Ti, Deseo habitar bajo la sombra de tus alas, que Tu Santo Espíritu me guíe en sendas de santidad y tome el control total y absoluto de mis pensamientos, palabras y acciones, el deseo de mi corazón es agradarte y dar un fruto agradable a ti, para que puedan verte cuando me vean y así dar un buen testimonio y que sin palabras muchos lleguen a Ti, para tu gloria y honra glorificate y exaltate en mi vida. deseo ser un vaso donde te glorifiques amado Padre En el nombre de Jesús, amén y amén
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en larestauración de la mujer en todas las áreas
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