En el trabajo de la obra Dios demanda que seamos diligentes,
porque con el enemigo tras nuestro, debemos andar con mucha
diligencia, y lo importantes es hacer el trabajo bien terminado,
y cuando actuamos diligentemente Dios ve el esmero y la entrega,
y es cuando viene la bendiciòn sin lìmites, por eso dice la
palabra del Señor que la mano diligente enriquece., pero la negligente
empobrece.
araceli