ARRIESGA

Arriésgate para poder ganar algo.
Quien nunca arriesga no conoce la sensación que produce la victoria del que sabe que aventuró todo para conseguir hacer realidad su quimera.

¿Y si yo hubiera? Es la pregunta silenciosa que se cuestiona el que por temor nunca hace nada siguiendo la ruta más cómoda y fácil. Muchas veces, cuando llega el momento de la partida, en su lecho de muerte, aquellos que vivieron sus vidas tan temerosos de experimentar, ¡se lamentan! No pueden irse felices y tranquilos por la satisfacción de lo que lograron. Sus vidas están llenas de remordimientos y arrepentimientos por lo que dejaron de hacer.

No dejes que el miedo sea tu gobernador.
Medita lo que quieres lograr y lucha por obtenerlo.
Personalmente cuando tenía de 12 a 15 años tuve miedo de realizar algunas cosas en la escuela y creo que me perdí de grandes momentos.
Pero también hubo momentos en que me olvidé del temor y aún temblando hice lo que tenía que hacer y sobrepasé el miedo.
Recuerdo lo mal que me sentí cuando dejé de hacer algo por temor, pero también recuerdo lo maravillosa que me sentí cuando me atreví a hacer lo que deseaba.

Siempre digo que la mejor escuela es la vida y que se aprende mucho compartiendo con las personas. Si andas por ejemplo con tu corazón rodeado de murallas o cercado con alambres de púas, quien más lastimado saldrá serás tú. No permitas que eso te suceda, cuida tu corazón, no des tu confianza a todo el mundo, pero recuerda que siempre en el mundo existirán personas maravillosas con las que podrás contar.

Eso si, tienes que arriesgarte, vencer la intimidación, confrontar el pánico.

Autora: Brendaliz Avilés