Creo que la autoestima la debemos tener en un nivel donde no nos sintamos ni superiores ni inferiores a nadie. Donde sepamos que tenemos un valor único y especial y que hemos sido diseñados con planes maravillosos. Pero cuando pesamos más lo que dicen otros que lo que sabemos nosotros mismos que somos, cometemos un error grave y destructivo.
Querido(a) amigo(a), tienes que creer en ti. No solo decirlo, sino saber en verdad que con la ayuda de Dios puedes ser capaz de conquistar una gran victoria. Y cuando uno se limita a uno mismo es lo peor que puede hacer, porque entonces eso es como cortar nuestras alas. Pero yo te invito a que te mires al espejo y le pidas a Dios que te ayude a descubrir todo eso bueno y maravilloso que hay en ti. Que te ayude a descubrir tu belleza desde adentro hacia afuera. Que te de la valentía para aún en medio de cualquier defecto que puedas tener, seguir luchando. Que puedas verte hermoso y hermosa, porque todos poseemos belleza en diversas formas.
Creo que si Dios nos trajo a este mundo es porque él fue la primera persona en confiar en nosotros. No estamos aquí por accidente y si Dios se las juega por nosotros porque cree que vamos a lograr hacer la diferencia, ¿por qué nosotros lo dudamos?
Aceptarnos como somos, con nuestras virtudes y defectos es vital e importante. Nos trae resultados positivos. Sé que no se logra de la noche a la mañana lograr la autoconfianza, pero no es imposible que tú la puedas lograr, si te lo propones. Llena tu mente de pensamientos que valgan la pena. No destruyas tu vida con una pobre autoestima, cree en ti y verás como los demás comenzarán a ver ese brillo y eso especial que hay en ti.
¡Dale que tú puedes!
Autora: Brendaliz Avilés