¡Jamás me rendiré! No porque yo sola pueda, sino porque sé que tú estarás conmigo di
rigiendo todo el trayecto. No es que me crea autosuficiente, tampoco es que siempre me encuentro positiva u optimista sobre lo que me espera. Pero es que contigo a mi lado todo es tan diferente. Tú haces que el panorama parezca más esperanzador. Tú crees en mí y eso hace que yo quiera ser mejor. Que me aferre a luchar por alcanzar mis anhelos.
¡Jamás me rendiré!, es un grito de fe que pregona que creo y confío en que si tú me permitiste vivir, tengo que hacerlo de la mejor manera posible. Significa que no estoy en este mundo por coincidencia o accidente. Tengo un propósito y voy a hacer todo lo posible por lograrlo. Sé que vendrán días difíciles, momentos en que cansada, querré no continuar. Pero sé que me darás las fuerzas necesarias para no dejarme llevar por el sentimiento del momento y continuar hasta terminar. Estoy consciente de que habrá lágrimas en el camino, pero también encontraré motivos y razones para sonreír.