Lectura: Mateo 7:7-11 ¿O qué hombre hay entre vosotros que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? --Mateo 7:9. No hay padre amoroso que le dé una piedra o una serpiente a su hijo hambriento si éste le pidiera un trozo de pan o pescado. Jesús usó lo absurdo de esa analogía en Mateo 7 para subrayar la prontitud del Padre celestial a dar buenas cosas a sus hijos cuando se las piden. Él quería que ellos tuvieran completa confianza en la provisión del Padre para sus necesidades espirituales.
Sin embargo, a veces puede parecer como si el Señor nos hubiera dado «piedras» en vez de «pan». Pero en Su sabiduría, en realidad está obrando a través de nuestras circunstancias para darnos algo mucho mejor que lo que pedimos. Un escritor desconocido lo expresó de esta manera:
Pedí salud para hacer cosas mayores; Recibí enfermedad para que hiciera cosas mejores.
Pedí a Dios fortaleza para lograr cosas; Fui hecho débil para que aprendiera a obedecer.
Pedí riquezas para ser feliz; Me dieron pobreza para que fuera sabio.
Pedí poder y alabanza de los hombres; Recibí debilidad para que sintiera mi necesidad de Dios.
Pedí todas las cosas para disfrutar la vida; Recibí la vida para que pudiera disfrutar todas las cosas. No recibí nada de lo que pedí, sino todo lo que necesitaba; A pesar de mí mismo, mis oraciones fueron contestadas,
PUEDE QUE NOSOTROS PIDAMOS ERRADOS PERO DIOS CONTESTA ACERTADO. Dios siempre nos da lo que es mejor para nosotros.