Me gustaría tener
una trompeta y con ella,
¿sabéis lo que yo iba a hacer?
Pues tocar cosas muy bellas.
Anunciando al mundo entero
la más hermosa verdad:
Cristo, el Divino Lucero
vino a traernos la Paz.
Al nacer, inauguraba
una era de alegría.
Su vida ejemplo nos daba...
Su muerte nos redimía.
Dios, que no hace distinciones,
nos ofrece lo mejor:
Salvar nuestros corazones
con la fuerza de su Amor.
No puede quedarse quieta
mi lengua, y este instante,
aunque sea sin trompeta
ya les dije algo importante.