El primer capítulo de Apocalipsis da una descripción condensada del Señor. En los vv. 4 al 8, Juan resume en esencia, pero de una manera hermosa, lo que es Jesucristo:
Jesucristo es el testigo fiel. Jesús vino a la Tierra para revelar más plenamente el carácter y los caminos del Padre (Jn 14.9). Los milagros que realizó confirmaron su afirmación de ser el Hijo de Dios.
Jesucristo es el primogénito de los muertos. El Salvador llevó nuestros pecados y murió en la cruz, fue sepultado y resucitó al tercer día. Su resurrección demostró que la vida eterna es posible para nosotros, al igual que lo enseñó Él en Juan 11.25: “El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”.
Jesucristo es el soberano de los reyes de la tierra. Es el Señor que eleva a los hombres al poder, y que también los quita (Jn 19.11; Ro 13.1). Entre tanto, los creyentes tienen acceso a una autoridad superior. En el trono celestial, podemos rogar a Él por nuestras naciones, y apropiarnos de sus promesas.
Jesucristo nos ama y nos libertó de nuestros pecados por su sangre. Notemos el cambio de tiempo verbal en el escrito de Juan. El amor del Señor está siempre presente, pero Él ha hecho libres a los creyentes de su pasado. Tanto el castigo como el poder del pecado han sido eliminados.
Cuando las personas le pregunten sobre Cristo, preséntelo mediante esta minibiografía. En pocas frases, Juan describe el carácter, la divinidad, y la autoridad del Señor sin ninguna timidez. Igualmente nosotros debemos hacerlo, sin timidez, pues adoramos al Salvador.
Dr. Charles F. Stanley
Cuando las personas pregunten sobre Cristo, preséntelo mediante esta minibiografia. En pocas frases, Juan describe el carácter, la divinidad, y la autoridad del Señor sin ninguna timidez. Igualmente nosotros debemos hacerlo, sin timidez, pues adoramos al Salvador.
Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas".. La misión del Ministerio Mujeres en Victoria, es fomentar en el creyente una intima y constante relación con Jesucristo y fortalecer su deseo de servirle con amor y pasión todos los días de su vida. Bienvenidos sean todo