Nuestro Salvador
Leer | ISAÍAS 53 Diciembre 9, 2011
Ayer, cuando estudiamos parte de la historia bíblica que nos llevó hasta el tiempo de Jesús, vimos que los judíos esperaban un Salvador. Pero Jesús no concordaba con el Mesías que ellos esperaban.
El pueblo imaginaba a un monarca poderoso que gobernaría a su nación con poder terrenal, pero el Señor era un siervo que pasaba tiempo con los marginados. Esperaban un hombre que pondría fin a la persecución de Israel; pero murió como un delincuente, y advirtió a sus seguidores que no serían aceptados por el mundo. No es de extrañar, entonces, que el pueblo judío lo rechazara. No se ajustó a lo que ellos querían, pero fue mucho más de lo que ellos entendieron.
Todos nosotros estaremos algún día delante de Dios, y por nuestra iniquidad seríamos indignos de permanecer en su presencia. Su juicio del pecado será la muerte, una atroz existencia eterna apartados de Él. Esto fue lo que advirtió a Adán en Génesis 2.17: que si pecaba, moriría.
Pero Jesús llevó nuestro pecado para que cualquiera que ponga su fe en Él pueda tener vida eterna (Jn 3.16). Cristo escogió sufrir nuestro castigo —Dios hecho hombre experimentó voluntariamente la muerte de un criminal para que pudiéramos vivir para siempre en su presencia. Jesús fue "el camino" (14.6) que permitió a Dios satisfacer su justicia y al mismo tiempo amar a su pueblo.
El regalo de salvación es gratuito. No exige nada de nuestra parte, salvo nuestra aceptación y entrega. ¿Ha aceptado usted la muerte del Señor Jesús en la cruz como expiación por su pecado? La muerte del Redentor lleva a la vida, y aunque Él no garantiza un camino fácil, sí promete estar con usted siempre.
| Leer | ISAÍAS 53 Diciembre 9, 2011
Ayer, cuando estudiamos parte de la historia bíblica que nos llevó hasta el tiempo de Jesús, vimos que los judíos esperaban un Salvador. Pero Jesús no concordaba con el Mesías que ellos esperaban.
El pueblo imaginaba a un monarca poderoso que gobernaría a su nación con poder terrenal, pero el Señor era un siervo que pasaba tiempo con los marginados. Esperaban un hombre que pondría fin a la persecución de Israel; pero murió como un delincuente, y advirtió a sus seguidores que no serían aceptados por el mundo. No es de extrañar, entonces, que el pueblo judío lo rechazara. No se ajustó a lo que ellos querían, pero fue mucho más de lo que ellos entendieron.
Todos nosotros estaremos algún día delante de Dios, y por nuestra iniquidad seríamos indignos de permanecer en su presencia. Su juicio del pecado será la muerte, una atroz existencia eterna apartados de Él. Esto fue lo que advirtió a Adán en Génesis 2.17: que si pecaba, moriría.
Pero Jesús llevó nuestro pecado para que cualquiera que ponga su fe en Él pueda tener vida eterna (Jn 3.16). Cristo escogió sufrir nuestro castigo —Dios hecho hombre experimentó voluntariamente la muerte de un criminal para que pudiéramos vivir para siempre en su presencia. Jesús fue "el camino" (14.6) que permitió a Dios satisfacer su justicia y al mismo tiempo amar a su pueblo.
El regalo de salvación es gratuito. No exige nada de nuestra parte, salvo nuestra aceptación y entrega. ¿Ha aceptado usted la muerte del Señor Jesús en la cruz como expiación por su pecado? La muerte del Redentor lleva a la vida, y aunque Él no garantiza un camino fácil, sí promete estar con usted siempre
Dr. Charles F. Stanley
Leer | ISAÍAS 53 Diciembre 9, 2011
Ayer, cuando estudiamos parte de la historia bíblica que nos llevó hasta el tiempo de Jesús, vimos que los judíos esperaban un Salvador. Pero Jesús no concordaba con el Mesías que ellos esperaban.
El pueblo imaginaba a un monarca poderoso que gobernaría a su nación con poder terrenal, pero el Señor era un siervo que pasaba tiempo con los marginados. Esperaban un hombre que pondría fin a la persecución de Israel; pero murió como un delincuente, y advirtió a sus seguidores que no serían aceptados por el mundo. No es de extrañar, entonces, que el pueblo judío lo rechazara. No se ajustó a lo que ellos querían, pero fue mucho más de lo que ellos entendieron.
Todos nosotros estaremos algún día delante de Dios, y por nuestra iniquidad seríamos indignos de permanecer en su presencia. Su juicio del pecado será la muerte, una atroz existencia eterna apartados de Él. Esto fue lo que advirtió a Adán en Génesis 2.17: que si pecaba, moriría.
Pero Jesús llevó nuestro pecado para que cualquiera que ponga su fe en Él pueda tener vida eterna (Jn 3.16). Cristo escogió sufrir nuestro castigo —Dios hecho hombre experimentó voluntariamente la muerte de un criminal para que pudiéramos vivir para siempre en su presencia. Jesús fue "el camino" (14.6) que permitió a Dios satisfacer su justicia y al mismo tiempo amar a su pueblo.
El regalo de salvación es gratuito. No exige nada de nuestra parte, salvo nuestra aceptación y entrega. ¿Ha aceptado usted la muerte del Señor Jesús en la cruz como expiación por su pecado? La muerte del Redentor lleva a la vida, y aunque Él no garantiza un camino fácil, sí promete estar con usted siempre.
|
Leer | ISAÍAS 53 Diciembre 9, 2011
Ayer, cuando estudiamos parte de la historia bíblica que nos llevó hasta el tiempo de Jesús, vimos que los judíos esperaban un Salvador. Pero Jesús no concordaba con el Mesías que ellos esperaban.
El pueblo imaginaba a un monarca poderoso que gobernaría a su nación con poder terrenal, pero el Señor era un siervo que pasaba tiempo con los marginados. Esperaban un hombre que pondría fin a la persecución de Israel; pero murió como un delincuente, y advirtió a sus seguidores que no serían aceptados por el mundo. No es de extrañar, entonces, que el pueblo judío lo rechazara. No se ajustó a lo que ellos querían, pero fue mucho más de lo que ellos entendieron.
Todos nosotros estaremos algún día delante de Dios, y por nuestra iniquidad seríamos indignos de permanecer en su presencia. Su juicio del pecado será la muerte, una atroz existencia eterna apartados de Él. Esto fue lo que advirtió a Adán en Génesis 2.17: que si pecaba, moriría.
Pero Jesús llevó nuestro pecado para que cualquiera que ponga su fe en Él pueda tener vida eterna (Jn 3.16). Cristo escogió sufrir nuestro castigo —Dios hecho hombre experimentó voluntariamente la muerte de un criminal para que pudiéramos vivir para siempre en su presencia. Jesús fue "el camino" (14.6) que permitió a Dios satisfacer su justicia y al mismo tiempo amar a su pueblo.
El regalo de salvación es gratuito. No exige nada de nuestra parte, salvo nuestra aceptación y entrega. ¿Ha aceptado usted la muerte del Señor Jesús en la cruz como expiación por su pecado? La muerte del Redentor lleva a la vida, y aunque Él no garantiza un camino fácil, sí promete estar con usted siempre.
| Aceptalo Hoy mismo y empieza a experimentar esa vida en abundancia, esa llenura de amor y paz que sólo Él nos puede dar.
|
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas .
|
Creaciones Aveplateada
| | | | | | | | | | |