La senda de la vida JEREMíAS 10.23, 24
La vida es como un sendero lleno de curvas y desvíos. Los entretenimientos pueden conducir a las arenas movedizas del pecado; y las filosofías pueden formar caminos que terminen en un lodazal de ideas confusas. Incluso la mejor ruta no es toda de prados soleados y tranquilos riachuelos. A veces, es posible que tengamos que viajar por terrenos rocosos o valles oscuros. La única manera de estar seguros de que estamos andando bien, es seguir a uno que conozca el camino perfectamente.
Dios es el Guía perfecto y de servicio ininterrumpido. Nadie puede descarriarse si anda por los caminos que él elige. Piense en que él le creó con amor para vivir en este tiempo y este lugar. El Señor cuida sus pasos, porque Dios desea ver cumplido el propósito de usted, y el plan de él realizado por medio de su vida (Pr 3.5, 6).
Por tanto, él promete enseñar a quienes le siguen (Sal 25.12). Cuando Dios advierte a sus hijos que se alejen de un desvío tentador, es porque él ve los peligros que acechan en ese camino.
Hay una correlación entre ignorar la guía de Dios y terminar en dificultades. Quien tropieza y pierde el rumbo es porque ha confiado en su propio "sentido de orientación" —en sus emociones, deseos, o interpretación personal de moralidad. Es decir, estuvo persiguiendo lo que le hacía sentir bien o le parecía correcto, en vez de buscar la voluntad del Señor.
Dios ha trazado el camino delante de usted. él está consciente de cada obstáculo y pozo cenagoso, y sabe exactamente qué desvíos le tentarán. Además, él se ha comprometido a caminar a su lado como Guía y Consolador, para que no enfrente solo los giros y vueltas de la vida.
Dr. Charles F. Stanley
Jeremías 10:23
23 Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.
24 Castígame, oh Jehová, mas con juicio; no con tu furor, para que no me aniquiles.
Gracias Padre porque Tú nos guardas en el huevo de tu mano, como la niña de tus ojos ¿y quién puede tocar la niña de tus ojos?... Gracias Padre porque has puesto el querer como el hacer en nosotros y hemos decido vivir bajo la somb ra de tus alas, ser guiados por tu Espíritu Santo y Él nos mantendrá en tus sendas de santidad, nos librará de tentaciones y no permitirá que nuestra hambre y sed de justicia nos mantenga alertas y hambrientos cada día de Tu Palabra y con un deseo ardiente de buscar tu rostro y tu dirección para que nuestro pie no tropiece en piedra.
|