Encuentro gozoso
LEA: 2 Timoteo 4:1-8
El que da testimonio de estas cosas dice:
Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
—Apocalipsis 22:20
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Hace algunos años, cuando nuestros hijos todavía eran pequeños,
volví a casa después de un viaje de diez días sirviendo al Señor.
En aquella época, a la gente se le permitía entrar a la zona de embarque
para saludar a los pasajeros. Cuando el avión aterrizó, salí de la nave
y mis hijos corrieron a saludarme…
tan contentos estaban de verme que gritaban
y lloraban. Miré a mi esposa que tenía los ojos llenos de lágrimas;
yo no podía hablar. Personas desconocidas que estaban cerca de la
puerta también lagrimeaban mientras
mis hijos me abrazaban las piernas y me saludaban gritando.
Fue un momento maravilloso !
El recuerdo de la intensidad de aquella bienvenida sirve como un amable regaño
en cuanto a las prioridades de mi corazón.
El apóstol Juan, con profundas ansias de que Jesús regresara, escribió:
«El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve.
Amén; sí, ven, Señor Jesús» (Apocalipsis 22:20). En otro pasaje,
Pablo incluso habló de una corona que les aguarda a los que «aman su venida» (2 Timoteo 4:8).
Sin embargo, a veces no sentimos tantas ansias de que Cristo vuelva
como tenían mis hijos respecto a mí.
Jesucristo es digno de la máxima expresión de nuestro amor y devoción;
nada en la tierra debería compararse con la aspiración de verlo cara a cara.
Quiera Dios que nuestro amor al Salvador se profundice a medida
que anticipamos nuestro gozoso encuentro con Él.