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| De: Marita777 (Mensaje original) |
Enviado: 19/01/2012 22:11 |
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¡Oh, cuánto amo yo tu ley!… —
Salmo 119:97
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Hace algunos años, encontré un breve ensayo escrito por Barrie, un barón inglés. Allí describe íntimamente a su madre, la cual amaba profundamente a Dios y Su Palabra, y que, literalmente, había leído la Biblia hasta deshojarla.
«Ahora es mía —escribió Barrie — y, para mí, los hilos negros con que la cosió son parte del contenido».
Mi madre también amaba la Palabra de Dios. La leyó y meditó en ella por más de 60 años. Guardo su Biblia en un lugar destacado de mi biblioteca. También está hecha jirones y rasgada; en cada página manchada están escritos sus comentarios y reflexiones.
Cuando yo era niño, solía entrar en su cuarto por la mañana y la encontraba sosteniendo su Biblia en la falda, estudiando detenidamente sus palabras.
Lo siguió haciendo hasta el día en que ya no pudo ver más lo que estaba escrito en esas hojas. Aun entonces, su Biblia seguía siendo su libro más precioso.
Cuando la madre de Sir Barrie envejeció, ya no pudo leer más las palabras de su Biblia. Sin embargo, su esposo se la colocaba todos los días en las manos y ella, reverentemente, la sostenía.
El salmista escribió: «¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca» (119:103).
¿Has gustado la bondad del Señor? Abre tu Biblia hoy mismo.
UNA BIBLIA BIEN LEIDA ES SEÑAL DE UN ALMA BIEN ALIMENTADA
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¡Oh, cuánto amo yo tu ley!… —
Salmo 119:97...........................................................
La comida diaria del cristiano, debe ser la lectura de la Palabra de Dios, debe ser como un hàbito ya en èl, tomar su biblia y ampliar todo conocimiento de ella, cuando leemos la biblia, estamos llenandonos de toda promesa y de toda regla que sirve para el diario vivir, pues en ella encontramos toda la verdad, y las formas de còmo Dios quiere que nos comportemos delante del mundo.
araceli |
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De: Perla |
Enviado: 21/01/2012 19:37 |
Si quieres saber cuánto conoce un cristiano a Dios
observa cuál es la actitud que toma cuando cruza un desierto....
Aquel que ha escudriñado Su Palabra diligentemente
conoce a Su Padre celestial, y se apropia de sus
preciosas promesas y no las suelta... profetiza la
Palabra a su problema y reposa en el pecho amante
de Cristo Jesús, se podrá desesperar, entristecerse,
quizas enojarse y puede ser que lo noquee...
pero rapidamente se levanta y
empieza a vivir la Palabra, porque la Palabra imparte
vida y es la via al triunfo y la prosperidad! es medicina
para tu cuerpo.... y el alimento de tu espíritu que
te hace cantar, danzar, alabar, te satura de gozo
y paz, levantas manos, te regocijas porque tienes
la certeza que en medio de Ti está el Santo de Israel
No dejes de leerle ni un sólo día que sea lo primero
que hagas al abrir tus ojos y luego habla con Tu
Padre para que te de la dirección correcta para tu día.
Besitos,
Perla
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