¿Usted ama su identidad?
¿Qué persona no haría lo mismo? ¿Exaltar su país, su provincia, su ciudad? ¿Sabe quién no lo haría? Aquél que no tiene identidad. Quien no ama nada porque no siente que nada es suyo. No ha desarrollado el sentido de pertenencia.
Esa es la razón por la que muchos se convierten en copia de otros. Adoptan sus costumbres, estilos de vida, cultura y hasta la forma de expresarse. He ahí un gran error. Usted y yo fuimos llamados a amar lo de cada quien. A no sentir vergüenza de nuestra identidad.
Igual en nuestra condición de cristianos. ¿Por qué ocultar nuestra fe? ¿Cuál es la razón para anteponer evasivas cuando alguien nos pregunta si creemos y profesamos fe en el Señor Jesús?
Es a ese aspecto al que se refiere el apóstol Pablo en su carta a los Romanos: "De allí mi gran anhelo de predicarles el evangelio también a ustedes que están en Roma. A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: "El justo vivirá por la fe." (Romanos 1:15-17).
Viva a Cristo. Es su decisión. No se deje llevar por el qué dirán. Sienta sano orgullo de su fe. Usted la tiene. Otros no saben siquiera en quién creen o si de verdad creen en algo. ¡Animo!. ¡Adelante!. Su condición de cristiano merece respeto, como también las convicciones que asisten a quienes le rodean.
Por favor, no deje que pase este día sin que tome la mejor decisión de su vida: recibir a Jesucristo como su Señor y Salvador. Es la mejor decisión que pueda tomar…