¿Ha medido las consecuencias de su ira?
Una explosión de ira, al igual que un volcán cuando erupciona, avisa pero a la vez, avanza con una rapidez que difícilmente podemos controlar. El libro de Proverbios señala que "El necio al punto da a conocer su ira; mas el que no hace caso de la injuria es prudente."(Proverbios 12:16).
Para quien enfrenta una predisposición a reacciones airadas, no es desconocida su inclinación y menos, las desastrosas consecuencias que trae consigo.
En nuestras fuerzas es posible construir un dique para evitar incurrir una y otra vez en manifestaciones así. Basta con evaluar en su justa proporción los hechos que normalmente nos despiertan una avenida torrencial del temperamento. Descubrirá que muchas veces le concede trascendencia a hechos que no valen la pena.
Una segunda decisión --la más indicada-- es someter ese punto débil a Dios para que con su divino poder, nos permita cambiar. Es posible. Basta con disponerse y comenzar ahora...