Es tiempo de ejercer nuestra autoridad
Hay solución a quienes se encuentran agobiados por la ruina, producto de andar en el ocultismo. Ahora, si usted es creyente en Jesús el Señor, deseo recordarle que como Iglesia es necesario que asumamos el papel protagónico de de traer transformación y restauración a la tierra (Cf. Romanos 8:19-23).
¿De qué manera? Ejerciendo la autoridad que nuestro amado Salvador nos delegó "Y te daré las llaves del reino del cielo. Todo lo que prohíbas en la tierra, será prohibido en el cielo, y todo lo que permitas en la tierra, será permitido en el cielo," (Mateo 16:19, Nueva Traducción Viviente).
Téngalo siempre presente: tenemos autoridad para atar las fuerzas espirituales de maldad. Tenemos asegurada la victoria por la obra del Señor Jesucristo (Cf. Juan 3:8b; Hebreos 2.14)
La tierra puede estar maldecida por el pecado y Satanás ejercer dominio sobre territorios enteros como consecuencia de la maldad del género humano, pero en el eterno presente de Dios, el diablo y sus huestes constituyen enemigos derrotados: "Después el diablo que los había engañado, fue lanzado al lago de fuego que arde con azufre, donde ya estaban la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por siempre jamás" (Apocalipsis 20:10, Nueva Traducción Viviente).
Cristo rompe las cadenas. Vuélvase a Él hoy. Recíbalo en su corazón como Señor y Salvador. Un segundo paso, es renunciar a toda puerta abierta al ocultismo. Declarar sin poder ese obrar del mundo de las tinieblas sobre su existencia, sus finanzas, propiedades y, por supuesto, sobre su familia. Puedo asegurarle que todo, absolutamente todo será diferente. Las maldiciones que había sobre su existencia, sobre su tierra y sobre sus generaciones, se rompen. Hay libertad en Cristo.
Si es creyente, mi recomendación es que asuma su rol como intercesor y guerrero espiritual. No podemos permitir que Satanás siga robando terreno. Recuerde que usted tiene asegurada la victoria. El mundo de las tinieblas está derrotado.