¿Podemos sacar algo bueno de los hechos traumáticos?
Los hechos traumáticos—por el grado de impresión que generan en nuestras emociones y sentimientos—pueden ayudarnos a crecer en todas las áreas de nuestra vida. Es un principio que toma como fundamento en varios pasajes de la Biblia y con la que coinciden varios científicos de la Universidad de Buffalo, en Nueva York. Todo depende del manejo que le demos a los eventos.
"Muchas experiencias que inicialmente resultan dolorosas, pueden convertirse en oportunidades para ser fortalecidos interiormente", asegura el profesor de sicología del establecimiento universitario, Mark Seery, quien realizó el análisis entre 2.398 hombres y mujeres de distintas edades.
Concluyen los especialistas que los golpes de la vida pueden ser benéficos para la salud mental, ya que permite mejorar la adaptabilidad del ser humano ante los problemas en apariencia insolubles y fortalece la capacidad de resistencia ante las nuevas dificultades.
En su criterio, es esencial que veamos el lado bueno de las adversidades y evaluemos cada situación con mucha calma para no tomar decisiones apresuradas. Este manejo de los hechos traumáticos nos vacuna ante futuros eventos que produzcan dolor emocional.
Alguien a quien brindé orientación en la iglesia, insistía en que resultaba imposible olvidar los hechos que le impactaron. "Quiero seguir adelante, disfrutar la vida, pero inmediatamente aparecen las escenas de situaciones que me causaron dolor."
En nuestras fuerzas no es posible. Si bien es cierto el apóstol Pablo explica "No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro sólo en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos ha llamado por medio de Cristo Jesús" (Filipenses 3:13, 14. Nueva Traducción Viviente), muchas personas reconocen que no resulta fácil dejar atrás los hechos traumáticos.
Pero, ¿debe ser así? En absoluto.
El Señor Jesús enseñó a sus discípulos y a nosotros hoy: "…Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo los haré descansar" (Mateo 11:28, Nueva Traducción Viviente).
No es en nuestras fuerzas como logramos sobreponernos a los hechos traumáticos sino con ayuda de Dios. Él nos da la fuera para perdonar y trae sanidad a nuestras heridas emocionales. Es necesario descansar en Él.
Tengo una última inquietud: ¿Ya recibió a Jesucristo como su Señor y Salvador? No deje pasar esta oportunidad. Hoy es el día indicado para que le abra las puertas de su corazón.