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No podemos detenernos en el proceso de crecer
Es cierto que alrededor nuestro se producirán presiones. La sociedad nos bombardea con anti valores, que de tanto repetirse, han sido legitimados por la humanidad a pesar del enorme daño que causan. Legisladores validan las relaciones y matrimonios entre homosexuales; es relativamente normal la fornicación, el adulterio y los divorcios. La trampa y el engaño, la traición y el crimen están a la orden del día.
Pese a ello, ustedes y yo estamos llamados a ir contra la corriente. Una cosa es la que diga la sociedad y otra, bien diferente, lo que hagamos usted y yo. No importa que se burlen o nos critiquen, vamos a seguir adelante. Si lo permitimos, Dios nos ayudará en el proceso: "No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiar la manera de pensar…"(Romanos 12:2. Nueva Traducción Viviente) Es real; si pensamos diferente, obraremos diferente. Eso es lo que Dios quiere.
Dios nos concibió con la capacidad de vencer. La naturaleza carnal no puede dominarnos, por humanos que seamos sujetos a debilidades; usted y yo fuimos llamados a triunfar. ¡La victoria es nuestra!
Jamás olvide que es un proceso y usted y yo estamos llamados a vencer. Si dependemos de Dios, no hay obstáculo que permanezca firme. Si hay determinación en nuestro corazón, someteremos la carne. La venceremos y no ella a nosotros, como describe el apóstol Pablo: "Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire. Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta, lo entreno para que haga lo que debe hacer. De lo contrario, temo que, después de predicarles a otros, yo mismo quede descalificado" (1 Corintios 9:26, 27. Nueva Traducción Viviente).
No olvide jamás que somos vencedores. Dios nos creó para vencer, no para doblegarnos ante la derrota. Y si Dios está con nosotros, nada—absolutamente nada—nos podrá llevar al fracaso como ocurría antes cuando Cristo no moraba en nuestro corazón.
En adelante, cuando piense que su propósito de cambiar y crecer en la vida personal y espiritual terminará en fracaso, recuerde que no está luchando en sus propias fuerzas sino en las de Dios, Y está destinado a vencer.
Por favor, piense dónde pasará la eternidad. Si no se ha decidido por Jesucristo, que no pase este día sin que tome esa decisión, que es la mejor que jamás pueda asumir en su existencia...
Pese a ello, ustedes y yo estamos llamados a ir contra la corriente. Una cosa es la que diga la sociedad y otra, bien diferente, lo que hagamos usted y yo. No importa que se burlen o nos critiquen, vamos a seguir adelante. Si lo permitimos, Dios nos ayudará en el proceso: "No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiar la manera de pensar…"(Romanos 12:2. Nueva Traducción Viviente) Es real; si pensamos diferente, obraremos diferente. Eso es lo que Dios quiere.
Dios nos concibió con la capacidad de vencer. La naturaleza carnal no puede dominarnos, por humanos que seamos sujetos a debilidades; usted y yo fuimos llamados a triunfar. ¡La victoria es nuestra!
Jamás olvide que es un proceso y usted y yo estamos llamados a vencer. Si dependemos de Dios, no hay obstáculo que permanezca firme. Si hay determinación en nuestro corazón, someteremos la carne. La venceremos y no ella a nosotros, como describe el apóstol Pablo: "Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire. Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta, lo entreno para que haga lo que debe hacer. De lo contrario, temo que, después de predicarles a otros, yo mismo quede descalificado" (1 Corintios 9:26, 27. Nueva Traducción Viviente).
No olvide jamás que somos vencedores. Dios nos creó para vencer, no para doblegarnos ante la derrota. Y si Dios está con nosotros, nada—absolutamente nada—nos podrá llevar al fracaso como ocurría antes cuando Cristo no moraba en nuestro corazón.
En adelante, cuando piense que su propósito de cambiar y crecer en la vida personal y espiritual terminará en fracaso, recuerde que no está luchando en sus propias fuerzas sino en las de Dios, Y está destinado a vencer.
Por favor, piense dónde pasará la eternidad. Si no se ha decidido por Jesucristo, que no pase este día sin que tome esa decisión, que es la mejor que jamás pueda asumir en su existencia...
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Gracias Plumita por tu bello mensaje
Eres una Reina para nosotras y para Dios
Besos
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No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiar la manera de pensar…"(Romanos 12:2. Nueva Traducción Viviente) .............................................................................................
Dios nos ha mandado a este mundo con un propòsito, y es el de vencer al enemigo, pero
esto se logra a travez de la obediencia hacia Dios, èl no aprueba que imitemos los de este
mundo, razòn tenìa cuando dijo: QUE ESTAMOS EN ESTE MUNDO, PERO NO SOMOS
DE ESTE MUNDO, sino ya fuimos escogidos por èl para vivir eternamente con èl, por lo
tanto no debemos imitar ni conductas torcidas ni costumbres inmundas, porque hemos
sido transformados por el perdòn y el amor de aquel que nos escogiò.
araceli |
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