Nuestro llamado en tiempos de dificultad 2 CORINTIOS 4.6-18
En tiempos de dificultad, el mundo utiliza nuestros temores para vendernos un mensaje falso: Ocúpate de ti mismo. Cuando más turbulenta se vuelve la vida, más fácil se vuelve centrarse en uno mismo. Nos enfocamos en las cosas por las que debemos preocuparnos, según la opinión del mundo, y nuestros pensamientos se reducen a yo y lo mío —mi opinión, lo que yo siento, lo que me depara un futuro incierto. Pero Dios quiere que dejemos de pensar en nosotros mismos, y que nos enfoquemos en lo que él tiene en mente para nuestras vidas.
Entonces, ¿cómo deberíamos responder a los tiempos de confusión? Primero, quienes conocemos a Cristo estamos llamados a tener valentía y confianza, porque sabemos que él basta, no importa lo que suceda.
Segundo, la Biblia dice que somos la luz del mundo, y que estamos llamados a vivir el mensaje transformador que hay en nosotros. Piense en cómo respondía la iglesia primitiva a aquellos agitados tiempos. Seguían adelante con valentía —dispuestos incluso a perder sus vidas— porque sabían cuán grande era el regalo que Dios les había dado, y querían compartirlo con el mundo.
Dios no quiere que sus hijos se concentren en sí mismos en momentos de crisis o inestabilidad. Por el contrario, él nos llama a tomar la oportunidad para llevar su esperanza a quienes están buscando lo que realmente importa.
Dios nos confió una misión: marcar una diferencia en la vida de las personas, por medio de su Espíritu. Si perdemos nuestro egocentrismo y dejamos de vivir para nosotros mismos, otros se sentirán atraídos al amor, al gozo y a la paz de Dios que hay en nosotros.
Dr. Charles F. Stanley
Todo el que vive sin Cristo en el corazón está en tinieblas. Es Cristo la luz que alumbra el interior del ser humano. El diablo se ha encargado de cegar el entendimiento de los incrédulos para que no le resplandezca la luz del Evangelio. O sea, que es la incredulidad lo que produce las tinieblas. ¿Sabes lo que esto significa y supone? El que se encuentra en esta condición está completamente apartado de Dios y bajo la potestad de Satanás; expuesta su vida a que, si muere ahora, jamás verá el rostro de Dios. Pasará toda la eternidad en las más densas tinieblas alejado del Admirable, Alto y Sublime quien dió Su vida para que eso no aconteciera.
"Con gozo damos gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. COLOSENSES 1:12-14
En Su amor y mi amor,
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