Cuando se acerca el fin y comienzo de un año, meditamos mucho acerca del tiempo, el tiempo que hemos pasado y el tiempo que está por venir. Las Sagradas Escrituras, dicen literalmente "Para Dios un día son como mil años y mil años son como un día", cómo hemos de interpretar o entender esto, bueno creo que no tiene mucho que interpretar, tan solo hemos de saber que Dios no vive en el tiempo, en primera instancia y que en razón de ello, efectivamente esta palabra es así, tan sencilla como se lee y tan profunda al mismo tiempo. ¿Cómo hemos de entender eso?, no lo sé, no logro computar en mi cabeza cómo es que un día son al mismo tiempo como mil años.
Dios ha puesto en nosotros un espíritu de eternidad y aunque en este momento no logremos visualizar del todo esa realidad, no quiere decir que no exista, han puesto atención que a veces comentamos con nuestros amigos, "hace veinte años, o veinticinco o treinta o más, que salí del colegio y parece que fue ayer". Si mil años son como un día, entonces podríamos pensar en lo que predicaba Jesús, cuando expresaba "Vengo pronto". Al ver como el materialismo y los placeres consumen nuestras vidas, al ver como la perspectiva de la vida se limita a lo que pueden ver nuestros ojos, le ruego mucho a Dios, que corra las persianas de nuestros ojos, para que concentremos el poquísimo tiempo que resta de esta vida, en lo que realmente es verdadero.
Jesús dijo que nuestra ciudadanía es de los cielos, agregó también que es mejor que hagamos tesoros en el cielo, donde la polilla no carcome, cierto.
Al llegar un fin de año y ante la expectativa de un nuevo año, pidamos a Dios sabiduría con el corazón y Él la dará abundantemente y sin reproche. Por mi parte debo agradecer a Dios por este año, ha sido un tiempo duro y de mucha reflexión, de agradecer a Dios por las circunstancias permitidas en las que he vivido el dolor en lo más profundo de mi corazón, pero también he experimentado el amor de Dios para conmigo y para con mi familia, primero protegiendo y cuidando Él personalmente a mi hijo, también dando fuerza y valor a mi vida, mi esposa e hija. Me ha mostrado cuántos amigos y amigas tengo, tantos que no puedo contarlos, me ha permitido compartir de Él a muchas más personas de las que hubiese podido imaginar, me ha permitido saber que Él tiene todo bajo control y que mi vida tiene sentido en Él y que no importa el tiempo que reste, estoy a sus ordenes. He podido entender que no importa sumar días, meses y años a la vida.
Es cierto, estamos a punto de dejar un año atrás como muchos que se han ido, pero lo más importante es que estamos restando un año más y que pronto El Rey de reyes nos mostrará toda su gloria y esplendor.
"…Cosa que ojo no vio, ni oído oyó, ni ha subido en el corazón del hombre, son las que Dios tiene preparadas para los que le aman…" "…ningún sufrimiento humano es comparable con la gloria venidera…"
Para todos ustedes, amigas, amigos, compañeros y compañeras, deseo que Dios se manifieste en sus vidas, en sus corazones y en sus seres queridos, enseñándoles cual es la verdadera razón y cual la perspectiva correcta de nuestra existencia, Dios me los bendiga en todo instante.