La Senda de la Alabanza
El ser humano fue creado para vivir y respirar en una atmósfera de adoración y alabanza a su Creador. La vía a través de la cual se recibe e poder divino debe ser preservada con el fluir de gozosas alabanzas que se eleven hacia su Hacedor. La ruptura del vículo bendición-obediencias provocada por el pecado silenció la alabanza del ser humano hacia Dios e introdujo el egoísmo los sentimientos de autocompasión y queja (Véase Génesis 3:9-12). Pero ahora ha llegado la salvación y la vida en Cristo, y ahora al haber recibido a Jesucristo como Salvador, la vida cotidiana nos llama a orar y leer la Biblia, para comunión y sabideura.
Pero nuestro diario camino a Dios en esa comunión debe estar recubierto de alabanza "Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanzas" (Sal 100.4). Tal senda plena de alabanza alimentará nuestra devoción, fiel obediencia y gozo constante. La alabanza da frutos de constancia en la vida de santidad, mientras enseña una forma de alabar a Dios que no es fanática, ni insincera, ni ritualística, sino llena de poder vivificante, disponible para creyente.
Charles Green
"Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid al Señor con alegría; venid ante Su presencia con regocijo. Reconoced que el Señor es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo Suyo somos y ovejas de Su prado.
Entrad por Sus puertas con acción de gracias, por Sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid Su nombre. Porque el Señor es bueno; para siempre es Su misericordia, y Su verdad por todas las generaciones. SALMO 100
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