Porque debo orar.
Estoy atribulado y debo orar o perecer. Los suspiros y clamores no son para ordenar a Dios, sino una irresistible expresion del corazon (Sal. 42:1; Rom. 8:26)
.2. Porque yo se que sere escuchado y, por tanto, siento un fuerte deseo de acudir a Dios en suplica. ´Porque El ha inclinado su oÌdo a mÌ, por tanto le invocare en todos mis diasª(Sal. 116:2).
3. Porque yo me deleito en ello; trae reposo a mi mente y esperanza a mi corazon. Es un dulce medio de comunion con mi Dios. ´Para mi el acercarme a Dios es el bienª (Sal.73:28).
4. Por que debe haber quienes dependen de sus propias oraciones? En que estado se hallan los que viven sin oracion? Que son aquellos que no pueden dar razon del por que oran, sino que supersticiosamente repiten palabras que no salen del corazon? Una inquiridora ansiosa a quien yo habÌa explicado claramente el gran mandato del Evangelio:´Cree en el Señor Jesus, resistia constantemente mis esfuerzos para llevarla a Cristo. Por ˙utimo exclamo: Ore por mÌ, ore por mÌ! Quedo muy sorprendida cuando le replique: No lo hare de ninguna manera. Yo he orado por usted antes; pero si usted rehusa creer la Palabra del Señor, no veo por que debo orar por usted. El Señor le manda creer en Cristo, y si usted no lo hace, sino que persiste haciendo a Dios mentiroso, usted se perdera, y lo tendra bien merecido.
Esto la trajo a razon. Me pidio que le explicara de nuevo el camino de la salvacion, lo escuche atentamente y, como un niño, su rostro se ilumino al exclamar: ´°Señor, yo puedo creer!, °yo creo, y soy salvada!
Gracias por haber rehusado confortarme en la incredulidad. Luego, suavemente: ´Y ahora, ora por mÌ? Naturalmente que lo hice y nos regocijamos juntos de que podia ofrecer la oracion de fe.
Durante un rapido deshielo de uno de los rios de America un hombre quedo en una de las piezas de hielo que todavÌa no se habÌa separado de la masa grande. Sin embargo, en su terror, no lo veia, sino que se arrodillo y empezo a orar a Dios en voz alta que lo librase.Los espectadores que se hallaban a la orilla le gritaron a grandes voces: ´Hombre, cese de orar y traspase la grieta, que se esta abriendo. Venga a la orilla. AsÌ podriamos decir aalgunos: ´Cese de orar y crea en Jesus.
- El Cristiano, 1874 .En una ocasion cuando Bunyan estaba tratando de orar, el tentador le sugirio: Que ni la misericordia de Dios ni la sangre de Cristo tenian que ver con Èl, ni podÌan ayudarle a causa desus pecados, por lo tanto era en vano orar. Sin embargo, Èl se dijo dentro de sÌ: ´Yo continuar orando.ª El tentador le dijo: ´Tu pecado es imperdonable.
Bien -replico Èl, yo orare Asi que empezo a orar de esta forma: ´Señor, Satanas me dice que ni tu misericordia ni la sangre de Cristo son suficientes para salvar mi alma; Señor, yo te honrare, si creo que tu no me echas fuera, o creyendo lo que el tentador me dice? Señor, yo creo que tu quieres y puedes hacerlo,
por tanto continuare honrandote creyendo que puedes, si quieres. Y mientras hablaba asÌ, como si alguien me hubiese dado un golpe en la espalda, vino a trer a la mente la palabra de la Escritura: ´°Oh hombre, grande es tu fe!***
Carlos H. Spurgeon
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