El gozo del Señor es nuestra fortaleza
(Salmo 51: 6-12) "He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente"
Introducción
El gozo es lo que el hombre anhela, y lo que busca (aunque lo busca mal en las cosas que no edifican).
Al haberse introducido el pecado, y habiendo quedado el hombre por ello alineado de Dios, su idea de gozo es llegar a ser tan feliz como pueda sin Dios.
No obstante, el gozo del Señor es muy superior a la “felicidad” humana.
El verdadero gozo, lo encuentra cuando halla a Dios, y solamente entonces.
1. El gozo del Señor es el resultado de volverse a Dios
(Salmo 51: 6-12) "He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente"
Después de haber pecado terriblemente con Betsabé, y haber cometido asesinato; David, después de ser convencido de pecado por Natán, eleva al Señor esa plegaria que hemos leído.
David entendió que el gozo verdadero sólo podía venir por estar en paz con Dios. Solamente cuando volvió al Señor de todo corazón, y fue perdonado, pudo experimentar el gozo de la salvación.
2. El gozo del Señor es nuestra fortaleza
Dios no sólo quiere que estemos en paz con Él, sino que además, experimentemos el gozo que el Espíritu Santo produce por su presencia en el nosotros, como creyentes.
Ese gozo del Señor es nuestra verdadera fortaleza. El gozo verdadero, es la misma presencia del Espíritu Santo en el espíritu y en el corazón del creyente.
Leemos en Nehemías 8: 10 ‘...el gozo del Señor es vuestra fortaleza’
En eso consiste el reino de Dios en nuestras vidas. Leemos en Romanos 14: 17; "porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo"
Veamos algunas escrituras más:
Salmo 118: 14 ‘Mi fortaleza y mi cántico es JAH, y él me ha sido por salvación’.
Isaías 12: 2, 3, 6 ‘...mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación...Regocíjate y canta, oh moradora de Sion, porque grande es en medio de ti el Santo de Israel’.
Filipenses 4: 4; "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!"
Hechos 13: 52 "Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo’
EL GOZO ES PARTE DEL FRUTO DEL ESPIRITU SANTO (Gál. 5: 22 ‘Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia...’
© Miguel Rosell Carrillo, Pastor de Centro Rey, Madrid, España
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