Éxodo 20:16 “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” Levítico 19: 11 “y no engañaréis) ni mentiréis el uno al otro” Colosenses 3: 9 “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”
Introducción La mentira es uno de los pecados más generalizados en nuestra sociedad, hasta tal punto que la conciencia de muchos cristianos se ha insensibilizado y debilitado con respecto a este pecado.
Mucha gente cree que es imposible vivir sin mentir, por esa razón la mayoría se justifica al hacerlo, pero toda justificación es ilusoria y carece de todo fundamento, pues la falsedad y la mentira son inmorales y contrarias a la conducta que Dios requiere de sus hijos.
1. ¿Qué es la mentira? La mentira es la afirmación o negación de una cosa, cuando en realidad es diferente o contraria a la verdad.
Su esencia es el engaño al prójimo y su gravedad depende del grado de egoísmo o maldad que la engendra.
Es una manifestación de la naturaleza caída del hombre.
Puede ser una expresión espontánea, como una salida o recurso fácil en un momento concreto, o un engaño fríamente calculado o premeditado. Es decir, puede ser generada por una actitud descuidada y fantasiosa en nuestro modo de pensar y de hablar o por un engaño deliberado.
Mentir se convierte fácilmente en un hábito, hasta el punto de volver casi insensible la conciencia del mentiroso.
Este es un pecado que se manifiesta desde los primeros años de vida. Debemos acostumbrarnos a decir siempre y de forma intencionada la verdad y acostumbrar a los niños a ser veraces desde pequeños.
Dios condenó este mal tan común en la sociedad desde el principio y así lo manifestó en los diez mandamientos:
Éxodo 20:16 “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”
Uno de los frutos más evidentes de nuestra conversión a Cristo es dejar de mentir. La falsedad y el engaño son muy perjudiciales en la relación entre los discípulos de Cristo. Fomenta la desconfianza, el recelo, la duda, la incredulidad y la sospecha.
Además destruye la comunión y el clima de fe, de amor y de unidad y es un pésimo testimonio ante el mundo.
Efesios 4:25 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros”
2. Diferentes formas de la mentira y el engaño El Señor nos enseña a desechar la mentira y el engaño en todas sus variantes y formas.
1ª Pedro 2:1 “Desechando pues toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y todas las detracciones”
Debemos desecharlas de todas las áreas de nuestra vida, ya sea en el hogar como en el trabajo, con los amigos, la iglesia, la escuela, es decir de todo ámbito y relación.
Nuestra conducta debe caracterizarse por la honestidad, la honradez, la integridad, la sinceridad, la transparencia y la veracidad.
Una sociedad asentada sobre el engaño Una sociedad asentada sobre la mentira y el engaño está destinada a desmoronarse.
CAUSAS Y EJEMPLOS DEL ENGAÑO Y LA MENTIRA
Hechos 5 Ananías y Safira mienten a Pedro y a la iglesia para mostrar una mayor consagración ante los demás.
TAMBIÉN SE SUELE MENTIR POR LAS SIGUIENTES RAZONES
■Para obtener injustas ventajas económicas, ganancias deshonestas o para robar a otros. ■para evitar el sufrimiento. ■para exaltarse a uno mismo. ■para evitar un castigo o disciplina. ■por avaricia o amor al dinero. ■para humillar a otros, por causa de celos o envidia. ■para aparentar lo que no se es. 3. Dios prohíbe y condena el engaño y la mentira No debemos engañar, mentir ni jurar falsamente. Levítico 19: 11-12 “No hurtaréis y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro. Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová”
Dios abomina y destruirá al mentiroso y engañador. Salmo 5: 6 “Destruirás a los que hablan mentira, al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová”
Dios aborrece la mentira y la falsedad. Prov. 6: 16-19 Seis cosas aborrece Jehová y aun siete abomina su alma: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras y el que siembra discordia entre hermanos”
Prov. 12: 22 “Los labios mentirosos son abominación a Jehová, pero los que hacen verdad son su contentamiento”
Dios abomina las pesas y medidas falsas. Prov. 20:10 Pesa falsa y medida falsa, ambas cosas son abominación a Jehová.
Las mentiras corrompen al hombre. Mateo 15:18-20 “Lo que sale de la boca, del corazón sale y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre” (Mateo 7:21-23)
La mentira es la esencia del mismo diablo. Juan 8: 44 “Vosotros sois de vuestro padre el diablo y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira”
El engaño y la mentira evidencian la degradación del hombre. Prov. 26: 24-28 “El que odia disimula con sus labios, más en su interior maquina engaño. Cuando hablare amigablemente, no le creas, porque siete abominaciones hay en su corazón. Aunque su odio se cubra con disimulo, su maldad será descubierta en la congregación”
“El que cava foso caerá en él y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá. La lengua falsa atormenta al que ha lastimado y la boca lisonjera hace resbalar” (Salmo 58: 3, 62: 4, Jeremías 9: 3-6, Ro. 1: 28-32)
Son manifestaciones del viejo hombre que debemos desechar. Colosenses 3: 9 “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”
(Efesios 4: 22-25, 1ª Pedro 2: 1)
El engaño hace infeliz a quien lo practica. 1ª Pedro 3: 10 “El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño”
Jesús aborrece y condena la hipocresía. Mateo 15:7-8 Hipócritas, bien profetizó Isaías cuando dijo: Este pueblo de labios me honra, más su corazón está lejos de mi”(Mateo 23: 27-28)
Los apóstoles amonestan contra el fingimiento. Romanos 12: 9 “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (1ª Pedro 1: 22)
Los mentirosos serán condenados al fuego eterno. Apocalipsis 21: 8 “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda” (Ap. 21: 27 y 22: 14-15)