Todos nosotros pasamos momentos de crisis y tentación. El temor se apodera de nuestro ánimo, nos asaltan pensamientos e intenciones perturbadoras; y, hasta en ocasiones, creemos que la capacidad de resistencia está al borde de su límite. La llamada de Dios está a punto de diluirse y nuestra vida comienza a orientarse hacia otras voces que llaman.
El salmo proclama nuestra inconmovible confianza en el Dios que no permite que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas. Él es luz, salvación, defensa de nuestra vida, tranquilidad. Llamados a habitar en la casa del Señor, nosotros los religiosos sabemos por experiencia milenaria que la contemplación de Dios produce un gozo inefable y una seguridad a todo riesgo. Las tentaciones pasarán como las nubes y aparecerá de nuevo la luz de Dios, glorificada por nuestros sacrificios de aclamación y nuestro gozo festivo.
Señor Dios, Tú que te has dignado morar entre nosotros, poniendo tu tienda en nuestra propia carne, acrecienta en nosotros el deseo de morar en tu casa por los días de nuestra vida, ya que sólo en tu tienda nos proteges el día del peligro y nosotros te glorificaremos cantando y tocando para ti, Señor. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Gracias hermanita Marita por tu bello aporte sigo enriqueciendome mas en mi vida Espiritual.
Gracias por tu amistad hermanita Marita.
Gracias en el amor de Dios.
Dios estará siempre contigo y con todos uds.
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
Hermes Sarmiento G
De Colombia
Cristiano católico