Proverbios 22:6
Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
Efesios 6:4
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.
Hoy en día el principal ataque de Satanás son los niños, y mas ahora que diario están siendo bombardeados por todos los medios posibles, en la escuela, por sus profesores, por lo que ven en la TV, por lo que escuchan, por sus amistades y lo mas grave es que incluso dentro de la misma familia. Muchas personas se hacen llamar padres sin siquiera saber actuar como padres, el traer un hijo al mundo es una de las mas grandes bendiciones sin embargo también es una gran responsabilidad para los padres.
Ahora es cuando puedo entender este versículo, Proverbios 22:6
“Enseña al niño el camino en que debe andar, y aún cuando sea viejo no se apartará de él.”. Aunque quiere decir que le enseñemos la palabra (Biblia) también quiere decir que si vivimos en su camino, en su verdad, en su palabra, no de oídas sino de ejemplo, entonces el niño crecerá en este camino y nunca lo olvidará.
Mi esposa y yo somos, y hemos vivido esta realidad. Nuestros padres han servido a Dios y nos han enseñado su palabra y su ley, y aunque siendo adolescentes fue difícil, como todo adolescente, hoy en día sabemos que esa instrucción fue la que nos salvó y las que nos mantuvo firmes.
La disciplina, sin embargo, ha de tener un freno, porque es del Señor. Proverbios 19:18 dice: "Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza, mas no se apresure tu alma para destruirlo."
Y es que, al corregir a nuestros hijos, podemos excedernos. Puede usarse la disciplina meramente como un desahogo a la ira contenida. Tal cosa es despreciable. Sin embargo, aun a riesgo de excedernos, debemos disciplinar. El freno será nuestro amor, anidado en nuestras entrañas, y el Espíritu Santo, quien nos ha dado dominio propio (2ª Tim.1:7).
Y si acaso nos excedemos, pediremos perdón, y lloraremos juntos con nuestros hijos. Y ellos nos perdonarán, y juntos ganaremos en cuanto a la obediencia al Señor, pero en ningún caso podremos eximirnos de obedecer al Señor en cuanto a la disciplina de nuestros hijos.
Luego tenemos la amonestación o instrucción. En Proverbios 22:6 dice: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él."
Así como la disciplina debe aplicarse a los niños desde pequeños, también la instrucción. Referido a la disciplina dice: "Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza" (19:18a). Aquí, referido a la instrucción dice: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él." De modo que, si del castigo tardío no hay esperanza, en la instrucción temprana hay seguridad.
La enseñanza tierna de la madre, primero; luego la del padre, un poco más firme; la instrucción permanente de ambos, en toda ocasión y en todo tiempo, quedarán indelebles en el corazón del hijo. Podrá el muchacho apartarse por un tiempo, llevado por alguna hueca sutileza, pero finalmente volverá al cauce que en su corazón marcó la Palabra verdadera.
En materia de instrucción, los padres han de esmerarse. Así como el diablo provee a los jóvenes suficiente instrucción -y atractiva por lo demás- capaz de convertirlos en delincuentes, los padres cristianos han de proveer a sus hijos suficiente material de lecturas sanas y edificantes, para forjar en ellos muchachos amantes de lo bueno y con temor del Señor. La promesa es que el buen camino mostrado en la niñez, encaminará los pasos del hombre en su vejez.
Pero la instrucción no es sin la disciplina, ni la disciplina es sin la instrucción. Como en todas las cosas de Dios, aquí también el equilibrio es fundamental.
Si tenemos problemas en nuestra sociedad, es porque los padres no son diligentes en instruir y guiar a sus hijos. Ama a tus hijos; enséñales a orar; llévales a la iglesia para honrar y adorarle a Dios. Que Dios bendiga a tu familia.
HERMANITA SARA.
GRACIAS POR TU BELLO MENSAJE ,POR TU AMISTAD HERMANITA SARA .
FELIZ DIA
Hermes Sarmiento G.
De Colombia
Cristiano católico .