
Consagración
Ya toda me entregué y dí, y de tal suerte he trocado, que mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.
Cuando el dulce Cazador me tiró y dejó rendida, en los brazos del amor mi alma quedó caída, y cobrando nueva vida de tal manera he trocado que mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.
Tirome con una flecha enarbolada de amor y mi alma quedó hecha una con su Creador; ya yo no quiero otro amor, pues a mi Dios me he entregado, que mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.
--Teresa de Jesús --
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