Protección del orgullo
Leer | 2 CORINTIOS 12.7-10
Una de las razones por la que Dios permite la adversidad en nuestras vidas es para vencer
nuestro orgullo. Pablo experimentó esta clase de intervención divina por la presencia de lo
que él llamo “un aguijón en mi carne” (2 Co 12.7). El Señor utilizó el dolor en la vida de
Pablo para preservar su utilidad como siervo de Cristo.
Usualmente no entendemos lo que está en juego cuando dejamos que el orgullo eche raíces
en nosotros. Eso afecta la manera como Dios se relaciona con nosotros, porque Él “resiste
a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Stg 4.6). Si el cristiano deja que el orgullo se
arraigue y crezca, el Señor le pondrá en un rincón sin llegar a percatarse de todo lo que
Dios quiso hacer en y por medio de él. En esencia, desaprovechará su llamamiento y se
volverá inútil para el reino. Y aunque el mundo lo siga viendo como un triunfador, a los
ojos de Dios su ministerio carecerá de valor porque lo realizará motivado por sus propios
intereses y con sus propias capacidades.
¿Puede usted ver cuánto estuvo en juego para Pablo, y para los creyentes a lo largo de la
historia? El apóstol fue el instrumento escogido por Dios para formar iglesias y escribir
epístolas que se convertirían en una parte significativa del Nuevo Testamento. Cuando
entendió la razón para su “aguijón”, reaccionó con absoluta confianza y gratitud por la
protección del Señor.
A cada uno de nosotros se nos ha dado oportunidades para servir y áreas de influencia,
pero el orgullo obstaculiza el propósito del Señor para nuestras vidas. Si llegan problemas,
pruebas y aflicción a su vida, humíllese de inmediato para que Él pueda usarle poderosamente.
Dr. Charles F. Stanley
Señor amado, examina mi corazón, lavalo, limpialo, purificalo, restauralo, renuevalo, saca a tu luz admirable
todo aquello que esté esconcido,saca todo residuo, toda la suciedad, raspalo, pero no permitas que haya
basura que obstaculice que se realicen los propósitos y planes que tienes
para mi vida. Que mi corazón sea un lugar agradable para que lo habites y que sea un deleite para el dulce
Espíritu Santo habitarlo, hazme generosa, piadosa, misericordiosa, saturalo de Tu perefecto amor y del gozo
de la salvación, que seaperdonador y piadoso saturado de Tu Palabra para poder
ser hacedora de ella en todo tiempo y glorificar tu santo nombre porque eswcrito estó que de la abundancia
del corazón habla la boca. Amén y amén
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