La vida cristiana se basa en el concepto del sacrificio. Jesús dejó la perfección del cielo para vivir en medio de gente pecadora, y poder así reconciliarnos con Dios. Dio su vida para pagar por nuestros pecados (1 Jn 3:16) y nos hizo miembros de su famiia. Como creyentes, debemos seguir su ejemplo. Pablo lo llamó un sacrificio vivo, porque es continuo —se realiza cada día. La vida está llena de opciones. Muchas decisiones implican elegir entre seguir el camino de Dios o el nuestro. Los cristianos que maduran son los que sacrifican cada vez más sus propios deseos, y aceptan gustosamente la voluntad de Dios. Aunque nuestras vidas no serán perfectas, el enfoque debe ser obedecer su voluntad y agradarle., Hagamos el compromiso de ser más como Jesús, Aquel que se dio gustosamente a Dios en sacrificio por nosotros. Dios te bendiga,
Perla
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