“Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún”. Hebreos 6: 10
DIOS NUNCA NOS OLVIDA, SOMOS NOSOTROS LOS QUE NOS OLVIDAMOS DE EL.
Nosotros, por desgracia, nos olvidamos de nuestro Dios, mas El, en su misericordia, no se olvida de nosotros. No puede olvidarse del sacrificio de su Hijo, que es el fiador de la alianza, ni de su Espíritu Santo, que realiza el pacto, ni de su propia gloria, que está incluida en el pacto. Por tanto, el fundamento de Dios está firme, y ningún hijo perderá la herencia divina que le pertenece por derecho de alianza.
El Señor siempre se acuerda de nosotros; nos consuela, nos libera y nos ha guiado. En su paternal providencia ha tenido memoria de nosotros, y no nos ha dejado un solo momento de nuestra vida.
La Biblia dice en : Isaías 44:21 .“Siervo mío, eres tú; Israel, no me olvidaré de ti.”
Nuestro Dios jamás podrá olvidarse de sus siervos hasta el punto de cesar de amarles. No los ha escogido para un poco de tiempo, sino para la eternidad. Cuando los llamó a formar parte de su familia, sabía lo que serían. Él disipa sus pecados como una nube; y podemos tener la seguridad de que no les echará fuera a causa de los pecados que ya ha borrado.
Pensar tal cosa sería blasfemia. Jamás los olvidará hasta el punto de dejar de pensar en ellos. Un momento de olvido por parte de Dios sería nuestra ruina. Por eso dice: «No me olvidaré de ti». Los hombres nos olvidan; aquellos a quienes hemos favorecido se tornan en contra nuestra. No tenemos morada permanente en el corazón inconstante de los hombres, mas el Señor jamás se olvidará de sus fieles servidores.
Él se une a nosotros, no porque hayamos hecho algo por Él, sino por lo que Él ha hecho por nosotros. Hemos sido amados hace mucho tiempo, y comprados a gran precio para ser olvidados. El Padre ve en nosotros a la esposa de su Hijo, y el Espíritu Santo ve en nosotros el resultado de su propia obra.
El Señor piensa en nosotros. En este día seremos socorridos y sustentados.¡Que nunca sea olvidado de nosotros el Señor!
Hoy estaré consciente de que en los pensamientos de Dios yo estoy encajado perfectamente.
Señor, Gracias por darme la seguridad de que piensas en mi. Para ti soy importante y eso llena mi alma profundamente. Por eso hoy también quiero que estés en mi pensamiento. Amén.
Gracias por tu amistad hermanita Sara.
Gracias por tu bello mensaje lleno del amor de Dios.
Dios estará siempre contigo y con todos uds.
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
Hermes Sarmiento G
De Colombia