~~Un Hogar terrenal~~
Vino y habitó en la ciudad que se llama Nazareth —Mateo 2:23
Jesús vivió en aquella pequeña aldea hasta que comenzó su ministerio público. Es dulde saber que el Hijo de Dios vivió tantos años en un hogar terrenal. Su vida pura y sin pecado se abrió allí como se abre e capullo para dar paso a la rosa que llena con su fragancia las llanuras.
El estudio de la niñez y juventud de Jesús, de los destellos fragmenarios de su vida que nos da el evangelio, debería ser motivo de inspiración para cada niño y cada joven. Sin duda, quisiéramos saber más de aquella dulce y bendita vida hogareña. Pero lo poco que se nos dice debe bastarnos, o de otro modo el Espíritu de Dios nos hubiera dado más detalles. Como sabemos que no hubo pecado en Jesús, podemos pensar en su suavidad, su obediencia, su amor, su falta de egoísmo y en las demás, gracias y hermosuras de su carácter. Era un muchacho natural y alegre, gozoso, interesado en las cosas hermosas, estudioso, ferviente sin ser beato ni morbidamente religioso. Era un niño como los que Dios quiere, y como Él desea que los niños sean. Cuando tenía doce años y comenzaba a pensar en su relación con el Padre celestial, vimos un destello de su vida; sin embargo, debemos notar el hecho que cuando regresó a Nazareth volvió a tomar su lugar como hijo obediente y permaneció en ese hogar durante dieciocho años. Los negocios de su Padre en que estaba preocupado a los doce años, no consistían en predicar ni en obrar milagros, ni en hacer bienes a la gente, sino en permanecer en su hogar suyeto a sus mayores, alegre, laborioso, industrioso y crecer hasta hacerce hombre. Algunos jovenes se irritan porque la providencia los tiene por tanto tiempo en un hogar tranquilo y humilde, donde sólo realizan tareas sencillas y triviales. Si Jesús mismo halló en Nazaret un hogar suficiente para su bendita vida, no debemos pensar que nuestro hogar es estrecho para el desarrollo de nuestras vidas pequeña.
—J. R, Miller
Señor te rogamos en el nombre de Cristo Jesús, que derrame sobre los niños, los jovenes alrededor del mundo entero, un espíritu de sabiduría e inteligencia, así como lo hiciste con Salomón, que el espíritu de Elias obre en ellos y en sus padres, que sean obedientes como lo es Tu Hijo Jesucristo para que te honren y honren a sus padres y se cumpla esa promesa maravillosa que tendrán largos días llenos de bendiciones, dales la sabiduria de Daniel de escoger sus amistades para que siempre obtengan sanos consejos, dales un corazón conforme tu corazón y sobre toda cosa guardada, guarda sus corazones porque escrito está que de él mana la vida, guardalos del mal, libralos de tentaciones, destruye el lazo del cazador, libralos de la peste destructora y destruye al devorar, guardalos en el hueco de Tu mano, y preservalos, para tu exclusivo servicio en tu maravilloso tiempo para tu gloria y honra.
Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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