Cientos de mujeres de las minorías religiosas
cristianas e hindú, están siendo forzadas a convertirse al Islam mediante el
matrimonio, y que incluso algunas son violadas.
Esta situación es denunciada desde hace tiempo
por la Iglesia en Pakistán, que busca frenar este fenómeno con la cooperación de
las instituciones, pero el camino es difícil.
Una religiosa, que pidió quedar en el
anonimato, dijo que “las chicas cristianas son las más débiles y vulnerables,
porque las comunidades de las que provienen son pobres, indefensas, marginadas,
por lo que están fácilmente expuestas al acoso y las amenazas.
A menudo ni
siquiera tienen el valor de denunciar la violencia sufrida”.
Aunque algunas de ellas logran escapar, la
religiosa señala que “la tendencia es preocupante:
se producen cientos de casos
al año y los que salen a la luz son sólo una pequeña parte“.
Un informe del Centro de Asistencia Legal y
Resoluciones, encargado de asistir a los cristianos perseguidos,
confirmó las
denuncias, mencionando casos como elSidra Bibi, 14 años, del distrito de
Sheikhupura,
en Punjab e hija de un obrero cristiano. Un musulmán del pueblo se
fijó en la chica y
empezó a acosarla hasta llegar al secuestro y la violación,
de la que resultó embarazada.
Sidra logró escapar, pero la policía se niega a
aceptar su denuncia.
Tina Barkat, 28 años. Una amiga musulmana la
frecuentó durante meses hasta que logró llevarla a su casa,
donde se le pidió
convertirse al Islam. Fue secuestrada, amenazada y dada en matrimonio a un
pariente musulmán.
Los abogados han presentado un recurso para disolver el
matrimonio.
Otro caso es el de Shazia Bibi, 19 años,
cristiana de Gujranwala en Punjab. Trabaja como sirvienta en la casa
de una
mujer musulmana, propietaria de una farmacia. Un joven musulmán de este local se
puso
de acuerdo con la mujer para organizar la conversión y el matrimonio
forzoso.
El plan tuvo éxito, pero gracias a la familia de Shazia, el caso está
en los tribunales.