1 Juan 4:8
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
El amor de Dios, una vez que le conocemos es como si nos echaras un clavado a un mar de amor donde quedamos completamente sumergidos, no es posible ser amado más o menos por Él, no hay medidas de amor, Dios no ama más a otros que a uno o más a uno que a otros ¿por qué? Porque Dios es amor, todo Él es todo el amor, estar en relación con Él es estar en relación con todo su amor. Lo cual significa que lo opuesto también es verdad, si no hemos conocido a Dios no hemos conocido el amor puro y total, hemos tenido experiencias con sentimientos y emociones intensos similares al amor, pero solamente han sido experiencias pasajeras. El verdadero amor que Dios da es total, perfecto y eterno.
La esencia de la vida cristiana es el amor. Fue el amor de Dios el que lo motivó a enviar a su Hijo para dar su vida por nosotros en la cruz y así perdonar nuestros pecados para entrar en una relación personal con Él. Fue el amor de Jesús el que lo hizo soportar tanto dolor para convertirse así en nuestro salvador. Fue su amor lo que conquistó nuestro corazón cuando le conocimos por primera vez al saber que nos aceptaba y perdonaba a pesar de todo lo malo y vergonzoso que habíamos hecho. Y es el amor de Dios el que nos impulsa a amar a los demás y perdonarlos como Dios hizo con nosotros así como nos motiva a hablarles de sus buenas nuevas para que todos le puedan conocer.
Amar a Dios no es una idea que se le ocurrió a un ser humano un buen día, no se trata de que un día decidamos amarlo. El amor comenzó en Él. Siendo Él el amor se acercó a los hombres para salvarnos del reino de las tinieblas, generó circunstancias, curiosidad y eventos en nuestra vida para llamar nuestra atención y atraernos a Él, Dios nos atrajo de una u otra manera para decirnos que nos ama y que quiere que conozcamos su amor. Nosotros le amamos a El porque El nos amó primero. Aquellos que le hemos conocido mediante una experiencia personal hemos creído y conocido el amor que nos tiene. Sabemos que es real y que puede cambiar la vida de cualquier ser humano.
Donde no hay amor hay temor. Cuando tenemos un corazón con miedo a ser lastimado o defraudado es porque no hemos conocido el amor de Dios. Cuando nos encontramos con Dios sabemos que podemos confiar plenamente en Él y nunca nos lastimará, desilusionará ni nos abandonará. Su perfecto amor es tan fuerte y real que echa fuera todo temor de nuestro corazón dándonos un sentido de seguridad y pertenencia que nunca antes experimentamos. Vivamos por su amor, nadie ha visto jamás a Dios, pero si permanecemos en Dios la gente verá y conocerá a Dios mediante su amor expresado a través de nosotros.
Amémonos unos a otros. Si alguno dice que ama a Dios pero no ama a los demás todavía no ha conocido el amor de manera completa. Dios nos ama no solamente para cambiar nuestra vida sino para alcanzar con su amor a quienes nos rodean. Así como su amor nos perdona y da una nueva oportunidad, así debemos amar a los demás perdonándolos y dándoles nuevas oportunidades de corregir sus errores. Si no aprendemos a amar a nuestro hermano que hemos visto, ¿cómo amaremos a Dios a quien no hemos visto?.
Conocer a Dios es conocer el amor. El amor de Dios es como sumergirnos en agua, nos empapa de modo que todo aquel que convive con nosotros queda salpicado de su amor. Dios nos ha dado el mandamiento de amar a los demás como Él nos amó. Si no hemos conocido el amor puro y eterno de Dios, este es un buen día para hacerlo y, si en nuestro corazón batallamos para perdonar y amar a otros, este es un buen momento para pedirle a nuestro Señor que sane nuestro corazón, lo llene de su Espíritu y nos deje listo para amar y ser amado.
Pidámosle a Dios que nos enseñe a vivir de modo que su amor se refleje en todo lo que decimos y hacemos. Seamos un portador del amor de Dios, atrevámonos a demostrar este amor hablando de la salvación de Jesús. No hay mayor amor que dar la vida por otros así como Jesucristo dio su vida por nosotros.
Señor te pido que me llenes de tu amor, gracias por morir por mí en la cruz solamente por amor, sé el Señor de mi vida, te acepto como mi Salvador, sé que has resucitado y te pido que resucites mi corazón a una vida de amor para ser amado por ti y amar a otros. Amén.
Gracias por tu amistad hermanita Sra.Sara.
Gracias por tu bello mensaje lleno del amor de Dios.
Dios estará siempre contigo y con todos uds.
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
Hermes Sarmiento G
De Colombia