Cuando usted Ayuna
Ciñamonos a lo que dice la Biblia: Jesús dio por hecho que el ayuno sería una parte de la vida de oración de sus seguidores. Entonces, ¿Por qué somos reacios a ocuparnos de esta práctica? He aquí la manera de comenzar.
De todas las disciplinas espirituales, ayunar es probablemente la menos comprendida. Esta disciplina rara vez enseña o se explica en la mayoría de las iglesias hoy, y pocos cristianos saben por qué deben hacerlo o para qué sirve. En una cultura que promueve la satisfacción, no el sacrificio, el ayuno parece fuera de lugar. Pero Jesús nos llama a un nivel de devoción que va más allá de la conveniencia y la comodidad.
A pesar de nuestra falta de conocimiento, ayunar era una práctica común tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Moisés ayunó durante cuarenta días cuando estuvo en el monte recibiendo los Diez Mandamientos (Ex 34:28). La reina Ester pidió a los judíos que ayunaran antes de que ella se acercara al rey de Persia en nombre de su pueblo (Est 4:16). Incluso Jesús ayunó cuarenta días antes de comenzar su ministerio público (Mateo 4:1,2). Y la iglesia primitiva confiaba en esta práctica al pedir la dirección del Señor para las decisiones importantes (Hechos 13:2; 14.23).
Esta evidencias bíblica debe llevarnos a considerar seriamente la importancia del ayuno, pero Jesús ofrece aun más incentivo: su enseñanza sobre este tema (Mt 6:16-18). Él comienza diciendo: "Cuando ayunéis", no "Si ayunáis". Esto implica que ayunar debe ser una parte vital de nuestra vida cristiana. De hecho el contexto de la enseñanza de Jesús incluye también instrucciones sobre dar (vv.1-4) y la oración (vv. 5-15). Ninguno de nosotros excluiría estas prácticas, sin embargo, a veces consideramos que el ayuno es irrelevante o innecesario.
El sgnificado más básico del ayuno es no consumir alimentos. También puede aplicarse a otras actividades, tales como abstenerse de diversiones (Dn 6.18) o de la intimidad física entre esposos (1 Co 7.5). Ya que la Escritura no establece normas relativas a la duración de un ayuno, cada persona es libre de determinar su lapso de tiempo. Puede ser abstenerse de una comida o de varias, o incluso renunciar a algunos alimentos durante cierto tiempo. No importa cuál sea la forma, el denominador común es una actitud de súplica humilde delante de Dios.
Dr. Charles F. Stanley
Señor amado, deseamos agradarte en todo, deseamos obedecerte en todo en todo tiempo y lugar, haznos hacedores de Tu Palabra y que el ayuno el abstenernos de alimentos o de lo que tu nos pidas lo hagamos con un corazón alegre, porque Jesús es nuestro ejemplo por excelencia y el mayor de nuestros anhelos y deseos es seguir sus pisadas y llegar a la estatura del Varón perfecto. Con humildad de corazón deseamos poder acercarnos cada día más a Ti, y ayunando lo lograremos en el dulce nombre de Cristo Jesús. Amén
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