El crecimiento espiritual es una decisión.
La decisión de agradar a Dios es la mejor de todas, puesto que conduce a tomar muchas otras para
el propio bienestar y el de quienes nos rodean. El hecho de no conformarse con lo que hemos alcanzado
espiritualmente hasta este punto e ir por más, es también una grandiosa elección.
En 2 de Pedro 3:18 el apóstol nos motiva a no detener nuestra marcha, sino a seguir creciendo en el
conocimiento y en la gracia que nos ha enseñado nuestro Señor Jesús. El avance y la comunión con Dios
no se dan simplemente por estar en el lugar indicado, sino que es una consecuencia de darle lugar todos los días.
Así como la Palabra declara en Filipenses 1:6 "estando persuadido de esto, que el que comenzó en
vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo".
Sin embargo, esto no es parra esperar a mañana, sino que empieza con su decisión de hoy. En Éxodo
vemos el relato donde el Faraón, en medio de una plaga caótica de ranas, llamó a Moisés para que lo
ayudara. Y cuando el patriarca le preguntó cuando quería ser libre de tal problema, el Faraon eligió
sufrir una noche más. Difícil de comprender ¿no? Sin embargo, hoy también usted tiene la opción de
elegir por el cambio, o bien postergar la bendición No permita que el dolor siga estando, tome
su decisión y permita que el Espíritu Santo obre hoy en su vida.
Las buenas decisiones siempre ponen a Dios en primer lugar.
Así también ocurrió en el caso del joven rico en Lucas 18:18-23. En esta situación, él quería agradar al
Señor pero no deseaba amarlo en primer lugar, sino luego de sus riquezas . Lo material tenía prioridad en su
corazón. ¿Hay cosas en su corazón que ama más que a Dios? Hoy es el tiempo de consagrarle
todas las cosas y amarle con todo nuestro ser.
El rey Saúl, el primer rey de Israel. Todos lo admiraban, no obstante tenía un corazón envidioso competitivo
e inseguro. Desobedeció a Dios y le dijo a Samuel que lo hiciera quedar ante el pueblo. Prefirio la apariencia
que dolerle que había desobedecido al Señor, Dios lo descartó como rey y eligió a David como rey en su lugar.
Por tanto, busquemos hoy agradar a Dios primero y luego veremos que tendremos más amor para darle a las
personas. Si hemos cometido errores por enojos o malas decisiones, es tiempo de rendir cuenta y volverse a
nuestro Señor. Si esta dispuesto a tomar hoy la decisión de tener un buen corazón, entonces vera que el
Espíritu Santo está dispuesto a ayudarle a lograrlo. Así como David, sin ser perfecto, agradaba a Dios
con sus actitudes, así también nosotros podemos alcanzar su misericordia a tráves de la fe
y la sumisión a su Palabra. ¡Este es sin duda el corazón!.
Pastor Batista Cortes