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De: Perla (Mensaje original) |
Enviado: 14/11/2012 19:30 |
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Escuchar a Dios Salmos 81:8-14
¿Habla todavía el Padre celestial a Sus hijos? Ésta es una pregunta que puede estar en su mente ahora mismo. Todos tenemos la necesidad de saber que el Señor se sigue comunicando con nosotros. Anhelamos tener la certeza de que Él nos oye y nos responde. En el salmo 81:8-14 tenemos una clara imagen del deseo de Dios. Aquí Él anhela que Israel le escuche. Piense en esto. El todopoderoso Creador del universo le está rogando a Su pueblo escogido que oiga Su voz. Esto casi no tiene sentido, ¿verdad? ¿Por qué razón, por amor de Dios, los israelitas se hacían los sordos a su omnipotente Padre celestial que los sustentaba? Sin embargo, el mensaje de Dios es enviado a unos oídos indiferentes. Él dice: “¡Oh, Israel, si quisieras escucharme! Pero Mi pueblo no escuchó mi voz. ¡Oh, si Mi pueblo me escuchara! (Sal. 81:8-14, paráfrasis).
Estoy seguro de que la misma pregunta ha seguido resonando siglos después en el cielo. Prácticamente podemos oír al Señor diciendo: “¡Oh, iglesia, si quisieras escucharme! Pero Mi iglesia no escuchó mi voz. ¡Oh, si Mi iglesia me escuchara!” Sin duda alguna, usted ha oído que Dios le ha dicho personalmente a usted lo mismo. Parece que a veces perdemos el contacto con Él. Nos ponemos en una esquina, y al Señor lo dejamos “por ahí”, fuera de nuestro camino. Parece que, por alguna razón, dejamos de oír Su voz en nuestras vidas. Sin embargo, aunque no lo oigamos, Él sigue hablando. Tranquilice su espíritu hoy. Abra la Palabra de Dios e invite al Señor a hablarle a usted de nuevo. Y, entonces, escuche.
Dr. Charles F. Stanley
¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo, Si en mis caminos hubiera andado Israel! En un momento habría yo derribad a sus enemigos y vuelto mi mano contra sus adversarios. Salmo 81:13,14
¡Oh, si hubiera atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar, Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre será coprtado, ni raído de mi presencia. Isaías 48:18,19
Dios había prometido consuelo y paz a Israel, pero su pueblo insistía en desobedecer. Si hubiera obedecido, habría sido liberado de Babilonia. ¿Deseas ser libre de tus adversario? abraza sus mandamientos leyes y decretos, estudia Su Palabra que es la voz de Dios y sé hacedor de ella. Busca Su rostro mientras este puede ser hallado y tendrás paz, gozo, y serás libre para servirlo con amor y pasión todos los días de tu vida, en la obediencia está la bendición
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Aleluya!!!! bellaaaaaaaaaaa me encanto leerle sabio aporte
presentacion nitida muy bello fonfo bella imagen gracias Perlita
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, el mensaje de Dios es enviado a unos oídos indiferentes. Él dice: “¡Oh, Israel, si quisieras escucharme! Pero Mi pueblo no escuchó mi voz. ¡Oh, si Mi pueblo me escuchara! ..................................................
El mensaje de Dios siempre està ahì hablando, el problema es que los afanes
la desobediencia, el orgullo, la envidia, y cuanta cosa vana nos rodea, no nos
permite escuchar ese mensaje, y muchas veces por no escuchar a la voz de
nuestro Padre, nos suceden cosas que al final de cuentas terminamos hechandole
la culpa a Dios, y no nos damos cuenta que Dios hablò, pero no escuchamos.
permitamos que Dios hable y que nosotros podamos escuchar ese mensaje.
araceli
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