La palabra de Dios tiene grandes enseñanzas, grandes bendiciones, inmensas
promesas, a nosotros solo nos toca escudriñarlas, empaparnos de ellas, y
hacirlas como nuestras, y lo que nos toca ya sea que nos redarguya, o que
nos exalte aceptarla y vivirla como Dios quiere.
araceli