Luego se lo llevaron
Después los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio,
y juntaron a toda la tropa alrededor de él. Luego le quitaron
su ropa, y le pusieron una ropa roja, y le pusieron en la cabeza
una corona tejida de espinas, y una vara en la mano derecha.
Entonces se arrodillaron delante de él y se burlaban, diciéndole:
—Viva el Rey de los judios!
También le escupían, y tomando la vara le daban golpes en la
cabeza. Después de burlarse así de él, le quitaron la ropa roja
y le pusieron su propia ropa. Luego se lo llevaron para crucificarlo.
—Marcos 27:27-31