Dios nos enseña a defendernos y nos protege del gran enemigo de los cristianos: el diablo.
El diablo es el príncipe de este mundo y le domina.
En PRIMERA DE PEDRO 5:8 el Señor nos dice:
"Sed sobrios (cuidadosos) y velad (estar atentos), porque vuestro adversario (enemigo) el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar"
Por esto, Dios, en su sabiduría y amor, nos ha dejado en su Palabra que es La Biblia, muchas enseñanzas para defendernos del diablo y vencer.
La frase “la armadura de Dios” viene de un pasaje en el Nuevo Testamento: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.” (Efesios 6:13-17).
La Armadura de Dios no es algo que usted y yo nos ponemos antes de echar fuera un demonio. Es una forma de vida que caracteriza aquellos quienes viven sus vidas de acuerdo a la instrucción divina; quienes dependen de Dios y no de ellos para el diario vivir. La lucha del cristiano contra las fuerzas de maldad del maligno no ocurren en una sección de exorcismo, ocurren cada día, y cada momento que salimos. El diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar. El Cristiano que conoce su posición y su batalla, “no se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar Aquel que lo llamó por soldado.”
Orando en todo tiempo. El creyente esta llamado a orar sin cesar. Cuando Pablo comienza a hablar acerca de la lucha espiritual, no ordena a buscar la fortaleza en el Señor y en el poder de su fuerza. La oración constante es la única manera en la cual el creyente puede fortalecerse espiritualmente. La oración debe de estar presente antes, durante y después de la batalla.
Para terminar quiero dejarles con un texto muy importante de la Palabra de Dios. Con este consejo en mente podemos estar confiados y asegurarnos que la victoria SIEMPRE es nuestra.
II Corintios 10:3-5
Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
Gracias Señor te damos por tu inmenso amor y misericordia.
Somos tus hijos Señor y Tú eres nuestro Padre de amor.
Tú nos has dejado armas poderosas para defendernos. El enemigo está vencido. Tú lo has vencido en la Cruz al morir por nuestros pecados y cubrirnos con tu bendita sangre.
Si vivimos en tus caminos es tu promesa que nos guardarás de todo mal.
Queremos estar vestidos con toda tu armadura. Es maravilloso saber que tus ángeles están alrededor nuestro y de nuestras familias. Te pedimos Señor que tengas misericordia de los que no te conocen. Muchos Sordos no te conocen. Levanta obreros para predicarles La Palabra de Dios. Que muchos maestros puedan enseñar a los Sordos adultos y niños todos tus caminos.
Te lo pedimos en Tu bendito Nombre, Señor. Amén.
Gracias hermanita Perla.
Por tu mensaje lleno de esperanza, de luz y de ese amor especial de Dios que El tiene para nosotros.
Dios te bendiga Hermanita.
Hermes Sarmiento G.
De Colombia
Cristiano católico