Esta es la decoración
de la hermosa Navidad.
Esta es Su gran Bendición.
Dios nos trae la solución
que cura nuestra maldad.
Éstas, sí, son las razones
de esta fiesta cariñosa.
El champán y los turrones
son objetos segundones.
Lo que llena corazones
es claramente otra cosa.
Una PAZ inagotable.
Una HUMILDAD ejemplar.
Un AMOR inexplicable.
Y una BONDAD admirable
que nadie puede igualar.
Con el GOZO del Señor.
Su LUZ, que clara nos guía.
Y con santa GRATITUD,
cantemos al que en la cruz
las puertas del cielo abría.
Presidiendo con su Luz
la importancia de este día.