Oración semana 24 al 28 de febrero~
INDIVIDUALISMO
Eres Dios real y verdadero y dichosos son aquellos que no han visto y sin embargo creen.
Señor, enséñame a no perder la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Oro y declaro que soy perseverante para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciba lo que Él ha prometido: ¡vida plena y abundante! Y no lo hago por interés o como una especia de trueque, sino con humildad y agradecimiento sabiendo que tus palabras son Verdad y que tus caminos son mejores que los míos.
Confieso que mi fe es garantía de lo que espero, certeza de lo que no se ve. Puedo creer, aun sin tener evidencia objetiva que demuestre que tus promesas son la Verdad. Mi sistema de creencias en la obra terminada de Jesús, en la justificación y en mi nuevo nacimiento es inamovible.
Por lo mismo, es parte de mi nueva naturaleza el extenderme hacia otros con respeto para manifestar el amor y aceptación de Dios hacia ellos. Pero no sólo con respeto, por que el respeto puede ser distante, frío e impersonal, pero el amor y la aceptación me acercan a la persona para que pueda demostrar la obra de Cristo en mi vida. No puedo vivir ajeno a mi alrededor, a las necesidades de otros, al dolor de mi prójimo.
Señor, oro por aquellos cuyo corazón se ha tornado como pedernal –algunos por ser heridos y otros por dar pie a la duda y al cinismo–. Tú puedes hacer que la Luz resplandezca en medio de sus escarnios y displicencia. Tú todo lo puedes.
Muchos consideran que para avanzar intelectualmente y progresar una condición es rechazar todo lo que tenga que ver con Dios, con mayúscula. Se irrita su corazón contra Dios, se vuelven gnósticos, objetivistas, individualistas, ateos. Es así para no tener que justificar sus acciones o pensamientos y no tener que rendir cuentas más que a sí mismos. Tú, Señor, los conoces a cada uno por nombre, nada te inmuta ni te toma desprevenido.
Y yo hoy, confiando en que la oración del justo puede mucho, oro para que caigan y se hagan añicos esos argumentos y fortalezas. Que la misma confusión y falta de fundamento en la que se originaron sean la causa de su estrepitosa y permanente caída. Que un encuentro con el Maestro les haga cuestionar sus argumentos y hallándolos vanos, renuncien a ellos para rendir su vida completa a Cristo En el nombre de Jesús. Amén
(Jn. 20:29; Ez. 36:26; Jn. 1:5; Pr. 12:8; 14:14; 16:2; 18:12; 19:3; Stg. 5 :16 ; 1 P. 2 :9-10)
|