Jesús nunca nos prometió una vida sin problemas...
Pero si nos aseguro su presencia, ayuda y victoria.
A veces, los cristianos creemos que si estamos siguiendo al Señor, Él debe protegernos de los problemas. Pero Jesús nunca prometió a sus discípulos una vida fácil y cómoda. Por el contrario, les dijo que esperaran tribulaciones (Jn 16.33). Después de todo, Cristo mismo no estuvo exento de aflicciones. Él fue llamado “varón de dolores” (Is 53.3).
A lo largo de nuestro peregrinar nos enfrentamos a tormentas y dificultades propias de la vida. Jesús nunca nos prometió que no tendríamos problemas, pero sí prometió que ¡estaría con nosotros siempre! Cada vez que enfrentemos dificultades seamos conscientes de Su presencia en nosotros y ejerzamos nuestra fe que viene de Él y continuemos confiando en Su amor y ayuda.
Llegará en día en que todas nuestras luchas en contra del enemigo cesarán y viviremos en victoria por la eternidad. Mientras tanto seamos conscientes que estamos del lado ganador.
Jesús es el Amigo soberano y el Salvador de la humanidad. Cristo demostró amor permanente por sus creyentes, sacrificando voluntariamente su propia vida para que nosotros tengamos vida eterna. Amémosle y alabémosle, y compartamos su mensaje de salvación con nuestros vecinos y con el mundo.
Moremos en Jesús, quien es sin pecado - que significa, despójate del yo y su vida, y habita en la voluntad de Dios y descansa en su fortaleza. Esto es lo que trae el poder que no comete pecado.
Nuestro Padre celestial sabe que algunas veces la única manera como podemos crecer espiritualmente es a través del sufrimiento. El dolor puede agudizar nuestra sensibilidad a su presencia y darnos oídos cuando hemos sido sordos a su voz. Revela los pecados ocultos, y nos purifica de la manera que el fuego refina al oro. Desde el punto de vista humano, las pruebas duelen; pero desde la perspectiva de Dios, son un puente para relacionarnos más estrechamente con Él.
Cada momento de adversidad que enfrentemos es una oportunidad para creerle al Señor, descansar en sus promesas, y seguir creciendo a su semejanza.
Por tanto, consideremos los problemas como una oportunidad para gozarnos y para dejar que la paciencia produzca su fruto, porque entonces nuestro sufrimiento será provechoso, para ahora y la eternidad. Si nos falta sabiduría para enfrentar las pruebas, el Señor nos invita a pedirle a Él, y a esperar recibirla por fe (Stg 1.5-6).
La corona de la vida aguarda a quienes perseveran bajo la prueba y son aprobados (1.12). Dios quiere hacer grandes cosas en nosotros, y lo hará si se lo permitimos.
El Señor controla la duración y la intensidad de nuestros problemas. Él tiene un propósito específico al permitirlo. El puede producir algo en mí que me está faltando actualmente. Si confío en Dios con una actitud de gozo, seré bendecido por medio de la adversidad. Cristo quiere demostrar que puede darme fuerzas al permitirme estar bajo gran presión. Él está conmigo, con nosotros en cada paso del camino que demos. Gracias al poder del Espíritu Santo, saldremos triunfantes de los problemas.
Gracia Hermanita Sara.
Tu bello mensaje hoy me ha puesto a meditar sobre los problemas cotidianos de nuestra vida.
El Señor siempre estará hoy, y siempre contigo .Te deseo todo lo mejor para ti, y para todos en tu bello hogar.
Quiero aprovechar para pedirte disculpas en tu día de cumpleaños.
Quiero felicitarte en tu día de cumpleaños, estuve ausente y no pude estar compartiendo con gran alegría contigo este hermoso día en el cual cumpliste otros años más de vida que te regala el Señor.
FELIZ CUMPLEAÑOS SRA SARA.
Dios derrame muchas bendiciones.
SALUDOS DESDE COLOMBIA.
Hermes Sarmiento G.
De Colombia
Cristiano católico
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.