Cuando Israel era pequeño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Cuanto más yo lo llamaba, tanto más se alejaba de mí; a los baales sacrificaban,
y a los ídolos ofrecían sahumerios.
yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y
no conoció que yo lo cuidaba.
Oseas 11:1-3
Dios se revela como un Padre cariñoso, cercano a sus hijos y sensitivo ante sus
necesidades, por lo tanto les enseña, los anima, los ayuda y los sana.