¿Para qué sirve el ayuno?
Ayunar no es un plan de dieta o una varita mágica para lograr
que Dios haga lo que usted quiere. Tampoco tiene el propósito
de buscar el perdón. La sangre de Jesús derramada es la única
fuente de expiación por los pecados. Sin embargo, como parte del
proceso de purificación, el ayuno puede desempeñar un papel
al ayudarnos a reconocer y arrepentirnos del pecado.
El propósito de la oración y el ayuno es poner nuestros deseos
naturales y físicos bajo el control del Espíritu Santo con el objetivo
de escuchar a Dios. Cuando nos abstenemos de actividades que nos
distraen, somos más capaces de discernir lo que el Señor nos está
diciendo. Eso agudiza la mente y aumenta nuestra percepción espiritual.