El Dr. Smiley Blanton era un ocupado psiquiatra de la ciudad de Nueva York que siempre tenía una Biblia en su escritorio. Algo sorprendido al ver esto, un cliente le preguntó: ¿Usted, un psiquiatra, lee la Biblia?” “No sólo la leo, sino que la estudio” —dijo el doctor Blanton, un devoto cristiano. Luego agregó: “Si la gente absorbiera su mensaje, muchos psiquiatras se quedarían sin trabajo.” Para aclarar su punto, el doctor Blanton dijo que si los clientes que están plagados de culpa leyeran la parábola del hijo pródigo y su padre perdonador (Lucas 15:11-32), podrían encontrar la llave a la sanidad. ¿Buscamos sanidad en la poderosa Palabra de Dios? Puede que leamos la Biblia, pero ¿en realidad la creemos, la estudiamos y ponemos sus enseñanzas en práctica? La verdad salvadora de las Escrituras es la medicina potente de Dios para librarnos de la enfermedad del pecado. El profeta Jeremías, a pesar de las dificultades y los problemas, encontró gozo en las palabras del Señor (Jeremías 15:16). Y el salmista amaba los mandamientos de Dios (Salmo 119:48) y le dijo: “Y me deleitaré en tus mandamientos… meditaré en tus estatutos (vv. 47-48). Igual que la medicina, la Palabra de Dios debe tomarse según las instrucciones. ¿Estás absorbiendo esta verdad? —Vernon C . Grounds
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