Tendemos por interesarnos en actividades que se desvanecen con el tiempo Pero las almas son eternas y las personas necesitan conocer al Salvador. Busque oportunidades para saber cómo están. Cuando las necesidades de otras personas conmuevan su corazón, usted estará deseoso de presentarles el evangelio.
Estamos rodeados de personas hambrientas, y no saben de qué. Pero nosotros tenemos la respuesta a sus necesidades y la responsabilidad de compartirla. Nunca se avergüence de dar la mejor noticia que se haya ofrecido a la humanidad. Ella tiene el poder de cambiar el destino eterno de una persona.