Los eruditos bíblicos tienen dificultad para identificar al “tejón” que se menciona en
Proverbios 30. Muchos creen que es el mismo animal que el hiráceo sirio.
Si es así, Dios llama nuestra atención a una criatura muy rara.
El hiráceo es aproximadamente del tamaño de un conejillo de indias grande, pero no está vinculado
estrechamente a ningún otro animal conocido. Parece un roedor y ha sido llamado el “conejo de
las peñas”. Es sumamente vulnerable a los ataques de sus depredadores. Entre sus enemigos están
las serpientes, las águilas, los buitres, los leopardos, los perros y otras pequeñas bestias de rapiña como la mangosta.
Entonces, ¿cómo logra sobrevivir esta criatura? La respuesta es sencilla. Hace su casa en
hoyos o peñas de la roca, muchas veces junto a la ladera de un empinado despeñadero.
Nosotros nos parecemos mucho al hiráceo. Somos susceptible a muchos peligros. Las enfermedades,
la depresion, las tentaciones, las guerras, los accidentes y el aislamiento nos amenazan constantemente.
¡Si tan solo encontráramos una manera de sobrevir como esa pequeña criatura! Pues ¿sabes qué?
Sí podemos encontrarla. Nosotros también tenemos una Roca en la cual escondernos:
el Señor Dios mismo En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación.
Él solamente es mi roca y mi salvación, es mi refugio, no resbalaré mucho. (Salmo 62:1,2).
La confianza en Él no nos libra de los problemas de la vida, pero sí nos da protección para nuestra alma.
No es malo ser débil si somos lo suficientemente sabios como para refugiarnos en Dios.
—Mart De Haan II
¿Te encuentras entre la espada y la pared? Refúgiate en la roca de la eternidad.
Lee el Salmo 61 completo y observa como el salmista utiliza cuatro metáforas pra representar a Dios
como refugio: Una roca elevada (v.2), una torre fuerte (v.3) un tabernáculo (v.4) y un ave con alas
extendidas (v.4). Solamente en Dios podemos encontrar paz en cualquier tormenta y él que habita
bajo al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente y seremos libre del lazo del cazador
y de la peste destructora y debajo de sus alas estaremos seguros.
Dios te bendiga hoy y siempre, buscadle y le hallaréis y probad cuán bueno es Dios.